BIENVENIDOS


En este lugar se encuentran reunidos nuevamente el tiempo, la música y nuestros recuerdos...Iniciemos este maravilloso viaje al ritmo de las canciones y melodías de la Música sin Final...Déjese llevar por el mágico sonido que envuelve milagrosamente, ese algo que creíamos olvidado, pero que sigue ahí escondido en algún lugar, sin límites...sin final...¿Quiere saber en dónde está ese lugar?...Habita en su recuerdo y está más allá de la música...¿Nos hace el honor de acompañarnos?...Gracias.

Sus amigos,

Ricardo y Alejandro Martínez Arreola

lunes, 14 de noviembre de 2011

REUNIÓN DE ETIQUETA...CITA PARA BAILAR


Una de las muchas razones para poder ubicarnos históricamente en algún punto del incansable peregrinar del tiempo, es recurrir a la memoria colectiva. Aquella que registra todo lo que acontece para ser transmitido con toda su riqueza y coherencia a las nuevas generaciones. Cuando se tiene la fortuna de platicar con personas que han acumulado muchos años e historias, palpitan de entre sus múltiples recuerdos:Las Grandes Orquestas de Baile. Orquestas que en constante competencia, fueron la delicia de toda una época, su música se disfrutaba para unos en los míticos y populares salones de baile, para otros en los elegantes centros nocturnos y para la mayoría a través de las ondas hertzianas de casi todas las estaciones de radio. Eran tiempos en que nuestra ciudad conservaba su aire provinciano y de las muchas cosas por las que se podía sentir orgullosa, era –aunque hoy nos parezca impensable- de su tranquilidad.

A finales del siglo XIX tanto las Bandas Militares y Civiles se encargaban de difundir los géneros musicales de mayor popularidad y en sus giras por todo el país o bien en el extranjero se impregnaron de diversas influencias musicales, las Orquestas Típicas se distinguieron por una nueva dotación instrumental y por un repertorio más nacionalista. A principios del el siglo XX, el one-step, el blues, el charlestón o el fox trot eran la euforia en los Estados Unidos y se conocían perfectamente en nuestro país, por aquél entonces continuaban con gran aceptación la contradanza, el vals, la polka, la jota, los corridos, los jarabes y las habaneras; también gozaban de un lugar en el gusto popular, el rigodón, las guarachas y el danzón. Para los felices años veinte se encontraban en apogeo o bien se perfilaban a estarlo;el bolero, el jazz, el son, el danzón, el fox-trot y el tango. Llama la atención, que algunos de los anteriores géneros de la música popular, con sus variantes ¡claro está! pueden presumir de cargar históricamente con mucho más de un siglo a cuestas -definitivamente lo que no destruye el tiempo se vuelve más interesante-, su aporte y su vigencia son un inobjetable patrimonio cultural. Por su parte el fox trot tuvo una penetración en el gusto popular de cuando menos cuatro décadas y como curiosidad, en la etiqueta del disco marca Decca del conocidísimo número Rock around the clock de 1954 interpretado por Bill Halley y sus Cometas, al desconocer la aceptación que tendría el rock and roll se decidió señalar que se trataba sencillamente de un fox trot.



En los años veinte, la industria discográfica necesitaba canciones y los compositores quien les interpretara. Dentro de las orquestas mexicanas hubo desde luego las que tuvieron una clara tendencia a lo se venía realizando en la Unión Americana y otras se encaminaron por los géneros tropicales de mucho mayor arraigo e identificación en el gusto popular. Con la llegada de la radio se tendió un fuerte lazo de conveniencia e interés comercial. De este periodo recordamos a la Yucatán Jazz Band donde figuraban Pedro y Juan Concha, la Orquesta Internacional, al maestro Eduardo Vigil y Robles, a la orquesta de Guillermo Posadas o bien a Moisés Pasquel que tuvo entre sus filas a Mario Ruiz Armengol y al trombonista Ray Montoya, ambos formaron sus orquestas posteriormente. Mientras tanto en los Estados Unidos cabe recordar a Red Nichols una orquesta muy popular en la década de los años veinte y dentro de la cual se formarían varias luminarias, entre ellos, Benny Goodman, Gene Krupa, Jimmy Dorsey y Glenn Miller, imposible olvidar a la orquesta de Ben Pollak, la del inglés Ray Noble con su crooner Al Bowlly, o bien la de Paul Whiteman, o la del inconfundible “Satchmo” Louis Armstrong.

Cuando el neolonés Ernesto “el Pelón” Riestra llegó en 1932 a la capital azteca al poco tiempo de haber arribado de la Urbe de Hierro , en donde estuvo por más de una década y en los cuales participó en distintas orquestas, entre ellas, la del español Enric Madriguera. Presentó una prueba con su orquesta en la W, el propio Emilio Azcárraga le extendió una efusiva felicitación pero no lo contrató. Acudió a la otrora famosa XEB que en ese tiempo tenía nada más y nada menos que al maestro Alfonso Esparza Oteo como su Director Artístico y como orquesta de planta la de Adolfo Girón quien también mostraba su gusto por la actuación en cine. Su indiscutible talento como director de orquesta –conocido también como “El Pontífice del Jazz”-quedó de manifiesto en su programa Té para dos que rompió los récords de audiencia en la emisora de El Buen Tono. A mitad de esa misma década Luis Arcaráz fundó su orquesta, con los años la llevó a ocupar un importante sitio en el escenario internacional.
¡Qué noches se abran vivido, cantado y bailado! en las pistas de salones de baile o centros nocturnos de estratos sociales contrastantes como el Smyrna Club, el Colonia, los Ángeles, el México con sus salas “La Mantequilla”, “La Manteca” y “El Sebo” con la Danzonera de Juan de Dios Concha, el Rossignol, el Íntimo, el Casino Antillano, el Astoria, el Río Rosa, el Waikiki, el Leda, el Grillon, el Río Rita con la orquesta de Pepe Landeros, el Hotel Reforma con Adolfo Girón, El Patio con la orquesta de Juan S. Garrido o Chalo Cervera y su orquesta en El Capri.


En 1945 el restaurante Sans Souci se convertía en el más lujoso de su tiempo teniendo a Mario Ruiz Armengol como orquesta huésped, el Ciro’s presentaba a las orquestas de Ernesto Riestra y Everett Hoagland. La Catedral de la Radio la XEW por las noches tenía un control remoto desde este prestigiado centro nocturno, a su vez mantuvo el programa Revista de Éxitos hasta 1954 con la orquesta de Hoagland, quien en sus comienzos tuvo entre sus filas al pianista y arreglista fuera de serie Stan Kenton.


Mientras tanto, más al norte, el Cotton Club se distinguía con las presentaciones de Duke Ellington, el Savoy tenía a Chick Webb con su sirena  inolvidable Ella Fitzgerald, el Café Rouge del Hotel Pensilvania presentaba a Glenn Miller y a los Modernistas, el Hotel Waldorf Astoria se engalanaba con Xavier Cugat, del que existe la siguiente anécdota, cuando solicitó un lugar en la Sinfónica de Nueva York, durante la audición de prueba se encontraba Enrico Caruso, al escucharlo comentó, Este jovencito destroza la música clásica, además se mueve demasiado, parece director de una orquesta de gitanos. Sin duda, es uno de los músicos que dieron jerarquía a la música latinoamericana a nivel mundial, una de sus más preciadas sirenas Abbe Lane. El Hotel Ambassador tenía a Paul Witheman con su sirena Jane Froman, el Hotel Casa Loma de Toronto presentaba a Glen Gray. Por radio gozaban del programa “Batalla de Bandas” uno de los más populares en la segunda mitad de los años treinta cuya transmisión se originaba en directo desde Nueva York. Aquí, podemos señalar que a finales de 1935 se empleó por primera vez el término swing, para 1938 Benny Goodman fue nombrado “Rey del Swing”.


En los años cincuenta el programa “Rico Vacilón” transmitido desde la XEW La Voz de la América Latina desde México congregaba a incontables parejas deseosas de bailar al ritmo de un Mariano Mercerón y sus Muchachos Pimienta, del sonido novedoso de Juan García Esquivel y su orquesta Sonorama o bien a un Luis Arcaráz con su sello inconfundible, unos años atrás, en 1948 la RCA Victor le publicó un disco en el recientemente estrenado formato de larga duración con el nombre de Cita para Bailar.




Pero como olvidar a un Arturo Nuñez, a un Kiko Mendive, un Acerina, a Ramón Márquez, a Pepe Castillo y su orquesta “Charleston”,un Absalón Pérez, al Son Clave de Oro, a Benny Moré “El Bárbaro del Ritmo”, a Mario Ruiz (padre de Mario Ruiz Armengol), a Pérez Prado, a Enrique Byron, a Paco Treviño, a Daniel Pérez Castañeda, a la Marimba Orquesta de los Hermanos Domínguez, a Roy Carter, a “El Millonario” Pablo Beltrán Ruiz, a Noé Fajardo el “Hombre Orquesta” , a José Sabre Marroquín, a Rafael de Paz, a Venus Rey, a Chucho Rodríguez, a Gonzalo Curiel y su Escuadrón del Ritmo que tuvo entre sus filas al trompetista Chino Ibarra y al compositor Alberto Domínguez al que Glenn Miller definió como El musicalizador de la Segunda Guerra Mundial por su canción Perfidia, a la Orquesta de Solistas de Agustín Lara fundada en los años treinta, antes llevaba el nombre de el Son de Marabú, en su formación estuvieron; el violín de Aguilita (hermano de Paz y Esperanza), el trompetista y posteriormente director de orquesta Alejandro Cardona, el trompetista Chino Ibarra, el organista y arreglista Chucho Ferrer, el violinista y director de orquesta Pepe Landeros, como no recordar a Juan García Medeles y su orquesta “Aristocrática”, a comienzos de los años sesenta la Orquesta de Ingeniería, o aquellos conjuntos con inclinaciones marcadamente jazzísticas; Chucho Zarzosa, Mario Patrón, Chilo Morán, Héctor Hallal “el Árabe”, al Quinteto Fantasía de Luis González, Tino Contreras entre muchos otros, seguramente amigos, ustedes seguirán aumentando la lista.



O que nos dicen de un Harry James y sus Obreros Musicales, de un Ray Anthony el ”Cary Grant del swing”, de un Les Brown y su orquesta de Renombre, un Samy Kaye y su orquesta Swing and Sway, a Tony Pastor, a Guy Lombardo y sus Reales Canadienses, a Billy May, al inolvidable Artie Shaw llamado “El Casanova del swing”, a Freddy Martin conocido como “El Director de Directores”, a Charlie Barnett, a Woody Hermann denominado alguna vez como “el niño prodigio del clarinete”, a Jackie Gleason, a Les Elgart,  o la “orquesta de los enamorados” de Paul Weston, también amigos nuestros, una lista seguramente interminable y de gratos recuerdos en México.



Son muchas las emisoras de radio en la Capital que han contado con diversos programas de música bailable, es muy probable que XENK Radio 6,20 sea la única que ha mantenido vigente por lo menos una emisión dedicada a las llamadas Big Bands desde que empezó sus transmisiones en la segunda mitad de la década de los cuarenta. Su mejor programa fue Reunión de Etiqueta transmitido en las décadas de los 60’s y 70’s, como identificación utilizaron el tema Explosión de Estrellas con Gene Krupa y Shangri-La con Robert Maxwell, que hasta la fecha es la más recordada por su auditorio, el locutor Fernando Balderas era el titular de dicha emisión. En los años 80’s evocamos con cariño el programa El Sonido de las Grandes Bandas con la conducción del siempre recordado locutor Jorge Gutiérrez Zamora, posteriormente con su poeta al micrófono Manuel Guillén y por último con el jovial Luis Gerardo Zavala.

Muchas historias y personajes se entretejen alrededor de ese discurso único que sólo son capaces de formar la música y la letra de una canción, todas esas orquestas que en su mayoría contaron con vocalistas denominados del otro lado de la frontera como “crooners” y “sirenas”, que aún después de tantos años al escuchar uno de sus viejos discos nos recrean la atmósfera de aquellas pistas de baile que formaron una parte muy importante en nuestra cultura popular.

Ponemos a su consideración diversas grabaciones, muchas de ellas históricas, disfruten las que consideren de su interés.

Bailando el Charleston, comenzamos con un fox trot de la inspiración de Emilio D. Uranga y Raymond interpretado por Los Pilotos del Jazz en el año de 1925.


Whispering, uno de nuestros números favoritos con la orquesta de Paul Witheman esta composición de John Schonberger, en 1920 realizó su  primera versión para el sello Victor bajo el sistema de grabación acústico convirtiéndose de inmediato en un rotundo éxito, les presentamos su segunda interpretación también para la Victor pero en 1928 bajo el sistema de grabación eléctrico.


Adiós, linda morena, con la orquesta del propio autor el español Enric Madriguera y la voz del Ruiseñor yucateco Guty Cárdenas, con el paso del tiempo fue conocida únicamente bajo el título de Adiós. Les presentamos esta grabación de abril de 1931 registrada para el sello Columbia a ritmo de rumba.


Marie, una de las bellas interpretaciones que realizó Tommy Dorsey en su destacada carrera, lo escuchamos acompañado por uno de sus crooners Jack Leonard en esta grabación de 1937 a ritmo de fox trot para la composición del inolvidable Irving Berlin.


Heartaches, esta composición de Al Hoffman encontró sin duda su mejor versión con la orquesta de Ted Weems y el silbido de Elmo Tanner en la versión de 1938 para la marca Decca. Un fox trot con un toque de rumba.


Perfidia, la inolvidable composición del chiapaneco Alberto Domínguez alcanzó la cumbre internacional con la versión de Glenn Miller, les presentamos su versión realizada en 1941 en el Square Ballroom de San Diego, lo acompañan su sirena Paula Kelly y los Modernistas.


I've heard that song before, una composición de Jule Styne y Sammy Cahn, no hubo mejor versión que la de Harry James con su sirena Helen Forrest en el año de 1942 bajo el sello Columbia.


As de corazones, con su autor el talentoso director de orquesta Luis Arcaráz escuchemos una de sus grabaciones para el sello Peerless en 1944.


Mi dulce María, la Orquesta de Solistas de Agustín Lara nos deleita con esta joya de su discografía, un número compuesto entre 1946 y 1948, fijada en el sello RCA Victor.


Barco chiquito, un poco de humor con un fox trot corrido que Ernesto “El Pelón” Riestra compuso en la década de los cuarenta, en esa época nuestra madre recuerda que les enseñaban esta pieza en las escuelas, la versión que les presentamos indica como fecha de grabación 1955.


Dream, la inolvidable composición de Johnny Mercer que se escuchó gratamente en la película La francesita apasionada protagonizada por Fred Astaire y Leslie Caron ,participó también Ray Anthony con su orquesta y coros. Les ofrecemos la versión que apareció en un disco de 45 rpm de la marca Capitol en 1955 con Ray Anthony y los Skyliners.


Duerme, inmortal composición de Miguel Prado y Gabriel Luna de la Fuente, adquiere matices sublimes con la versión del Sr. Armonía Mario Ruiz Armengol grabada para la RCA Victor en 1956.


La chula linda, nacido en Matanzas, Cuba, Dámaso Pérez Prado cuya obra musical y corazón pertenecieron también a México, incluyó en uno de sus álbumes más emblemáticos para la RCA Victor este estupendo número de 1957.


Tea for two cha cha, a la muerte de Tommy Dorsey, el también trombonista Warren Covington estuvo al frente de su orquesta, uno de sus mejores discos publicado en 1958 incluye esta inmortal composición de Vincent Youmans originalmente escrita en 1925.


Las hojas muertas, Chuck Anderson fue arreglista y director de orquesta de altos vuelos, miembro en una época de la orquesta de Luis Arcaráz y al que la empresa CBS le debió el éxito de los baladistas que estuvieron bajo su dirección durante los años sesenta. Su versión a este clásico de la música popular realizado en 1962.


Softly, as in a morning sunrise, al clarinetista  Artie Shaw le fue requerida su presencia en los estudios de grabación de la Capitol después de un retiro temporal para realizar nuevas grabaciones de sus viejos éxitos de 1938 (RCA), pero ahora con sonido estéreo, para esto tuvieron que pasar tres décadas.


La Orquesta de Ingeniería, la serie de cápsulas radiofónicas Lo que el viento no se llevó, escritas y conducidas por el locutor Jorge Zúñiga dedica su evocación a esta gran orquesta.