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En este lugar se encuentran reunidos nuevamente el tiempo, la música y nuestros recuerdos...Iniciemos este maravilloso viaje al ritmo de las canciones y melodías de la Música sin Final...Déjese llevar por el mágico sonido que envuelve milagrosamente, ese algo que creíamos olvidado, pero que sigue ahí escondido en algún lugar, sin límites...sin final...¿Quiere saber en dónde está ese lugar?...Habita en su recuerdo y está más allá de la música...¿Nos hace el honor de acompañarnos?...Gracias.

Sus amigos,

Ricardo y Alejandro Martínez Arreola

lunes, 20 de febrero de 2012

¿RECUERDA USTED? LAS CANCIONES DE NUESTRA VIDA



LA CANCIÓN CONTEMPORÁNEA

La explotación comercial de los mercados juveniles iniciada en 1960 favoreció la aparición en la escena musical de nuevos grupos de compositores e intérpretes hábilmente manejados y difundidos por los productores de los medios de comunicación. Los ídolos rocanroleros durante la segunda mitad de los años 60's, a fin de mantenerse vigentes, tuvieron que reinventar sus carreras para incorporarse a la línea romántica tradicional representada dignamente en esos ayeres por Marco Antonio Muñiz, Carmela Rey, Los Impala, Luis Demetrio, Carlos Lico y Rafael Vázquez, entre otros. Esta fusión favoreció la aparición de una nueva corriente que influenciada grandemente por las baladas sentimentales norteamericanas, italianas o francesas, ambientadas con ritmos brasileños o formas marcadamente españolas, dio como resultado la moderna canción romántica mexicana.

La balada al igual que el bolero se convierte en un referente emocional en nuestra vida. Su estructura -tanto en la lírica como en su rítmica- la interiorizamos sin otro mecanismo más que el de su repetición. Su temática sobre todo en su expresión romántica fluye por distintos estados emotivos y quizá en una de esas los vemos materializados en nuestra propia vida: la incertidumbre, el desamor, la felicidad, la nostalgia, los celos, el despecho, el amor, etcétera. Tal vez porque la canción romántica tiene como esencia formularse en primera persona, de ahí que lo podamos asociar a un acontecimiento o sentimiento en particular.

Es probable que para el mundo hispano, la evolución natural del bolero derivara en la balada. En esta transición, sin duda alguna, los arreglos orquestales jugaron un papel determinante por ser más atractivos y modernos. Por otra parte, los intérpretes –en su mayoría- no tenían que demostrar determinados dotes vocales ni los compositores debían ajustarse a los agotados estilos preponderantes en épocas pasadas. La estructura de la canción contemporánea se ajustó a los cánones imperantes en otras latitudes al igual que su flexibilidad para fusionarse con otros ritmos.


Desde 1970, Armando Manzanero y Juan Gabriel han dominado el panorama de la canción romántica. A ellos se debe en gran medida, la creación de ese estilo novedoso de balada con el que consolidarían sus carreras importantes cantantes de nuestra época como José José, Manoella Torres, Dulce, la española Rocío Dúrcal y más recientemente Mijares, Lucero y Luis Miguel. Cambió el ritmo y las maneras de decir las cosas pero el sentimiento siguió siendo el mismo. La canción mexicana contemporánea asimiló las formas de “decir las cosas” como se decían en el extranjero o de plano, si faltaba la inspiración, no había de otra más que recurrir a grabar un éxito de antaño con arreglos de actualidad.

El mercado musical y de espectáculos en general, se trasformó en la prodigiosa década de los 60's. Desde diferentes latitudes, llegaron a nuestro país con sus novedosas propuestas, infinidad de artistas que se encargaron de vestir de posmodernidad la canción contemporánea que cantaría México desde entonces. Así, procedentesde Brasil, escuchamos a, Sergio Méndez, Altemar Dutra, Nelson Ned y Roberto Carlos; la invasión argentina fue encabezada por Sandro, Leo Dan, Leonardo Favio, Palito Ortega y Piero; de Estados Unidos, The Carpenters, The Union Gap y muchos más; de Inglaterra The Beatles y un montón de agrupaciones que se identifican con el sonido Mersey. Sin embargo, la mayor influencia corrió a cargo de Raphael, Joan Manuel Serrat, Julio Iglesias, Mocedades, Camilo Sesto, Miguel Bosé, Rocío Dúrcal, Janet y José Luis Perales, por citar sólo algunos ejemplos de la llamada “segunda conquista española”.




La llegada de la década de 1970, marcó para José José el inicio de una trayectoria artística sin precedentes (al menos en los últimos cuarenta años) tratándose de música popular. Sus éxitos han quedado grabados en la memoria colectiva y para fortuna de las nuevas generaciones, continúan vigentes, además de constituir el referente obligado en cuanto a canciones sentimentales se refiere. Desde su grabación a La nave del olvido (1969) del compositor argentino Dino Ramos y su creación interpretativa para El triste (1970) de Roberto Cantoral, El Príncipe de la Canción ocupa un lugar especial en la historia de la canción popular.

Además de El Príncipe de la Canción, durante los años setenta del siglo XX, las familias mexicanas se deleitaban con las voces de Imelda Miller, María Medina, Estela Nuñez, Víctor Iturbe, Emmanuel y Lupita D’Alessio, voces que escapaban como murmullos inquetantes a través del cuadrante radiofónico que en aquellos años, seguía siendo musical por excelencia.


Durante los años ochenta del cambalachero siglo XX, el público que creció con la balada setentera, dejó de ser joven y por consiguiente, poco a poco perdió interés por el género. Con el objeto de explotar nuevos mercados, los empresarios de la industria del espectáculo se enfocaron en los públicos infantiles y de chavitos adolescentes, que por cierto, muy poco tenía que ver con sus antecedentes en las décadas anteriores. La influencia del grupo español Parchis y del boricua Menudo fue determinante para consolidar el efímero y poco trascendente género que funcionaba como auténtica licuadora musical pues lo mismo combinaba canciones tradicionales para niños, que música tropical, balada, pop y rock (aunque ninguno de sus integrantes ejecutara ningún instrumento). La respuesta mexicana (en realidad de Televisa) a la nueva onda musical no se hizo esperar y así surgió el grupo Timbiriche.

El inevitable paso del tiempo cobró factura en los populares niños cantores de esa corriente y desde luego, también en sus fervientes seguidores, quienes demandaron un producto ad hoc para sus años juveniles. Así, gracias a la mercadotecnia surgieron las llamadas estrellas de los 80’s: Flans, Yuri, Mijares, Pandora, Tatiana y Luis Miguel.

La crisis de nuevos valores en el terreno musical es evidente. A pesar de los loables intentos de las empresas del espectáculo por promocionar a jóvenes talentosos, como fueron en otras épocas  Guadalupe Pineda, Carlos Cuevas, Daniela Romo, Luis Miguel y hoy Yuridia, por ejemplo, han tenido que recurrir a la grabación de “canciones viejitas” de éxito garantizado pero adornada con nuevos arreglos, ante la ausencia de producciones trascendentales.
Este es el nebuloso panorama que envuelve con su gris de comercialización y escasa calidad musical a la canción mexicana en los últimos 20 años. Para muchos, no aporta nada nuevo y ya tocó fondo con la onda grupera, la cual para no herir susceptibilidades ni ser víctima de ataques discriminatorios ha sido rebautizada como música regional mexicana, pero para el caso es lo mismo: una revoltura de todo, sin identidad y sin ningún respeto para las formas de la evocadora canción tradicional mexicana.

Les presentamos distintas grabaciones registradas durante las décadas de los 60’s y 70’s, cuando la balada romántica irrumpió en nuestras vidas utilizando para difundirse entre otros medios a los Festivales de la canción  y a los dramas televisados.
El despertar, con esta composición de Rubén Fuentes y Martha Roth nació la que fuera considerada como la nueva canción romántica en México, fue grabada para la RCA Victor por “ El lujo de México” Marco Antonio Muñiz a principios de 1966. Tal fue su éxito que se convirtió en el tema principal de una telenovela del mismo nombre en aquel año.




Me gusta pensar en ti, el cantante español Raphael hizo de esta balada compuesta por Teddy Randazzo toda una creación, la grabó en 1966 incluyéndola en la película El Golfo.




Un hombre y una mujer, una de las películas francesas más influyentes de los años 60’s fue sin duda ésta, con una banda sonora memorable compuesta por Francis Lai, muchas versiones brotaron por doquier alrededor del mundo, una de las interpretaciones cantadas mejor logradas fue la que Carmela y Rafael llevaron al disco para el sello RCA Victor a principios de 1967.



Peleas, composición de Evaldo Gouveia y Jair Amorim , el también brasileño Altemar Dutra la convirtió en un rotundo éxito para la marca EMI en 1967. No hubo estación de radio en México que se resistiera a programarla ya sea en su versión en portugués o en español.



Es que estoy pensando en ti, de la inspiración de Armando Manzanero “La Divina” Monna Bell registró esta formidable versión en 1968 para el sello Musart.


No llores mi amor, el español Julio Iglesias nos ofrece de su autoría esta inolvidable balada de 1969, incluida en el que tal vez sea su mejor disco de larga duración Yo canto.


Ayer te vi, de las últimas grabaciones que Enrique Guzmán realizó para la CBS en 1969 fue esta composición de Horacio Icasto y Jorge Barreiro , la incluyó en la película Ok Cleopatra. Como curiosidad solamente apareció en formato de 45 r.p.m. y en una recopilación de la marca Harmony.



Dos, a principios de 1970 una de las canciones interpretadas por José José en el Segundo Festival de la Canción Latina fue esta composición del “dilecto” Wello Rivas, con un arreglo verdaderamente fuera de serie realizado por el maestro Chucho Ferrer. En alguna ocasión, cuando “El Tenor Continental” don Pedro Vargas presentó a José José (estaba cantando) con Frank Sinatra, la “Voz” exclamó asombrado algo así ¡en qué momento respira!




Cómo estás, la llamada “reina sin corona” de la edición de 1971 del Festival de San Remo fue esta composición de Domenico Modugno y Pazzaglia, sin duda el cantante y compositor italiano más importante de su época, una grabación RCA Victor.



¿A dónde va nuestro amor?, composición y arreglos del maestro Eduardo Magallanes que “La novia de México” Angélica María registró en una notable versión para la RCA Victor en 1971. Sirvió como tema principal de la telenovela Una muchacha italiana viene a casarse producida ese mismo año.



Y después del amor, canción triunfadora del VI Festival de la Canción celebrado en Río de Janeiro, Brasil en 1971, es una composición del talentoso Arturo Castro, en el jurado figuraban Lucho Gatica, James Last, Udo Jürgens, Shirley Bassey, entre otros. Los Hermanos Castro registraron esta grabación para el discreto sello Raff.


Sola, composición del español Junior y también esposo de Rocío Dúrcal de la cual hizo su versión en 1974. Rocío la lleva al disco en 1977 para el sello Ariola, una de las baladas más afortunadas de aquel año.


Nace el sol, compuesta por Armando Manzanero e interpretada por Gabriela Fuentes y Mario Sanabria, fue incluida en el disco de la banda sonora de la telenovela Corazón Salvaje en 1977. Una balada de recuerdos muy gratos.