Cariñosamente se le conoció con este nombre a la que
quizá haya sido la mejor cancionera mexicana: María Antonia del Carmen
Peregrino Álvarez. Arrullada por palmeras borrachas de sol tímidamente
iluminadas por la luna de plata, Toña vio las primeras luces de la vida en el
Puerto de Veracruz, en el popular barrio de la Huaca, el 17 de octubre de 1917.
Su voz, como la noche tropical, lánguida y sensual, se apagó en la ciudad de
México el 16 de diciembre de 1982.
Siendo apenas una niña, gustaba de cantar con gran propiedad
en reuniones familiares, fiestas y concursos. Al iniciar la década de los años
treinta del siglo XX, TOÑA LA NEGRA
viajó a la ciudad de México para probar fortuna. Acompañada de su esposo y de
su sobrino (el también popular Negro
Peregrino), se dio a la tarea de buscar a un compositor que por aquellos
años empezaba a gozar de reconocida fama: Agustín
Lara.
Sobre el afortunado encuentro, Lara comentó: “En 1932 conocí una cantante desconocida;
abrir ella la boca y abrirla yo también, pasmado, fue todo uno. Cuando la oí
cantar en una fiesta privada me levanté de un salto... Pero, ¿de dónde ha
salido usted? le pregunté, intrigado por su voz maravillosa... Nadie, soy
nadie, señor Lara –me contestó-. Mis amigos me dicen Toña La Negra y soy de Veracruz. Quedé tan impresionado
con ella que la invité a comer al día siguiente. Una nueva musa había llegado a
mi vida. Para Toña La Negra escribí
mi canción Lamento Jarocho”. Así fue como la caprichosa vida unió a dos
pilares indiscutibles de la canción popular. Actuaron juntos en una revista
musical que se presentó en el Teatro Esperanza Iris. Ahí Toña estrenó “Lamento jarocho” el 31 de diciembre de
ese 1932 y fue tanto el éxito que tuvo con la canción que tuvo que interpretarla
siete veces más (los cronistas de la puesta en escena, refieren que el
espectáculo que estaba programado únicamente para esa fecha, se repitió 24
veces en los siguientes días). Gracias al éxito de La Sensación Jarocha, sus familiares (músicos líricos en su
mayoría), siguiendo el vaivén de la clave azul, se integraron al Son de Marabú que en aquella época era
la orquesta oficial de la Compañía de Revistas Toledo.
¿Cómo surgió el nombre artístico de TOÑA
LA NEGRA? En una entrevista que le
realizó la periodista Cristina Pacheco el 22 octubre de1980, Toña le contó lo
siguiente de su llegada a la capital del país: “Recuerdo que llegamos el 16 de julio (ella, su esposo y su primer hijo
de 40 días de nacido), día de la Virgen del Carmen. Tuve tanta suerte que para
el 16 de diciembre, día de la primera posada, debuté en El Retiro, un cabaret
magnifico que estaba en las calles de Oaxaca, frente al Toreo. Allí me conoció
y me oyó Emilio Azcárraga. Entre él y Enrique Contel me pusieron TOÑA LA NEGRA. Antes se me conocía
únicamente como “la Peregrino”.
La calidad interpretativa y el estilo inconfundible de
TOÑA LA NEGRA, llamaron la atención
de don Emilio Azcárraga Vidaurreta, dueño de
XEW La voz de la América Latina
desde México y pronto la incorporó a su distinguido elenco artístico,
siempre haciéndose acompañar por Lara o por la orquesta de Alfredo Girón. A
esta época corresponden sus apoteósicas actuaciones en el Politeama y en el centro nocturno más exclusivo: El Retiro.
Los primeros registros discográficos que realizó TOÑA LA NEGRA quedaron impresos en
añejos discos de 78 r.p.m prensados por la Peerless. A mediados de los cuarenta
del siglo pasado, pasó a formar parte del catálogo de artistas exclusivos de la
RCA Victor, dejando en esas grabaciones una parte muy importante de la historia
del bolero en toda Hispanoamérica: Angelitos
negros, Cenizas, Y sin embargo te quiero, Sin ti, Como Golondrinas, Palmeras,
Irremediablemente sola, Este amor salvaje, En mi soledad, Oración caribe
y toda la suite tropical e incontables boleros de Lara. En la última etapa de
su carrera, grabó para Discos Orfeón y tuvo la fortuna de reverdecer los
laureles de infinidad de boleros de la época de oro gracias a novedosos
arreglos y al empleo de modernas técnicas de grabación.
El repertorio de Toña fue muy amplio pues cantó sones,
boleros, congas, guarachas o canciones afro. A la periodista Beatriz
Reyes Nevares le haría la siguiente declaración en una entrevista en febrero de
1962: “Yo no sé música. Nunca he conocido los secretos técnicos del canto. Todo
lo he hecho con mi voz”. En esa charla, nuestra homenajeada le expresó su
malestar respecto de las empresas grabadoras que encasillan a una cantante en
un solo estilo y no la dejan salir de él. Y es que era muy alto el interés de
Toña por lo que se hacía musicalmente en
otras partes del mundo y debido a esa “política de su empresa discográfica”, no
logró incursionar en géneros que bien le iban a su voz: jazz, bossa nova, canciones
con sentido social (protesta) y desde luego, no pudo ver realizada la ilusión
que tenía por grabar un disco con música internacional.
A lo largo de 50 años de vida artística La Sensación
Jarocha participó con éxito en todos los medios de difusión del
espectáculo. Son incontables los programas musicales de radio que engalanó con
su presencia; fue estrella indiscutible del teatro de revista y figura estelar
en los más distinguidos centros nocturnos de México, América Latina y España;
también fue pionera en la televisión mexicana y su voz se dejó escuchar en más
de 20 películas nacionales. En el celuloide dejó el recuerdo de su imagen y voz
en cintas como Payasadas de la vida (1934), Cara
o cruz (1938), Konga roja (1943),
Humo en los ojos (1946), Mujeres en mi vida (1950), Pecado (1951) y Bolero inmortal (1958).
Su voz y presencia acompañaron -en la última etapa de
su carrera-, los recuerdos de sus fieles seguidores quienes, arrobados por el
encanto de su voz, evocaron la época de oro de la canción romántica… Aún se le
recuerda engalanar el programa Nostalgia,
que conducía Jorge Saldaña a principios de los años 70’s en el Canal 13 o sus exitosas participaciones
en La bella época (Canal 2 de
Televisa), que conducían Monna Bell y Antonio Badú.
Aquel 16 de diciembre de 1982, muchas estaciones de
radio programaron sus más exitosas grabaciones… Sin duda, aquel día, un
angelito negro llegó al cielo.
Le rendimos este pequeño tributo a quien por sus cualidades
interpretativas ha sido considerada como una intérprete sensacional... La Sensación Jarocha TOÑA LA NEGRA.
Les ofrecemos la siguiente selección musical
perteneciente a los sellos discográficos Peerless, RCA Victor y Orfeón, registros
fonográficos realizados entre la década de 1930 y la década de 1960.
El cacahuatero, primera grabación de nuestra
homenajeada, de la inspiración de Mario Ruiz Suárez con toda la atmósfera y
gloria del teatro de revista.
Sin tu amor, composición de José de Jesús Morales.
No vale la pena, autor Orlando de la Rosa.
Pensando en ti, composición de Alfonso Torres.
Irremediablemente sola, del compositor Avelino Muñoz.
Cuando tú me querías, aquí está acompañada por el
Conjunto de Pablo Peregrino y el Quinteto Fantasía.
En mi soledad, original de Miguel Pous.
Ven acá, composición de Agustín Lara.
Ausencia, composición de Agustín Lara (al piano).
Por qué negar, compositor Agustín Lara (al piano).
Seguiré mi viaje, autor Álvaro Carrillo.
Amor, composición de Pedro Flores.
Muy bueno todo lo de Toña la Negra. Gracias.
ResponderEliminarLos usuarios que tenga grabaciones de autores cubanos y puedan compartir algunas .
Ella grabo de los compositores cubanos Orlando de la Rosa , Juan Bruno Tarraza , Ignacio Piñeiros , Singo Garay , Eliseo Grenet y tantos más.
Gracias a ti Roberto por visitarnos. Muy pronto estará listo el libro de Toña la Negra escrito por nuestro estimado amigo Armando Pous con una amplia sección respecto de su discografía. Te mantendremos informado. Saludos.
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