La
Monísima
MONNA BELL es sin duda alguna, un
referente obligado en la historia de la música popular a partir de la segunda
mitad del siglo XX. En 1959 triunfó en el primer festival de la canción ligera
celebrado en España, el famosísimo Festival de la Canción de Benidorm con una
grabación que ya es todo un clásico: El
telegrama, de los reconocidos compositores de la península Ibérica Alfredo y Gregorio García Segura.
De aquel suceso el
coleccionista español Manuel Román recupera las palabras de Gregorio, el autor de la
música: “Yo mismo elegí a Monna Bell para que cantara nuestra melodía, tras
conocerla en Ediciones Hispania a donde iba entonces a ensayar, el año 1959. Me
sorprendió su estilo y talento indudable que demostraba cantando. Dirigí a
Monna en varias grabaciones y siempre sabía encajar su voz perfectamente, sin
excederse en pruebas o ensayos. Sabía lo que hacía, en una palabra. De carácter
era inquieta y variable. Puede que con el tiempo se le haya olvidado y tal vez
no se le hiciera en su día toda la justicia que como artista mereció.”
Al año siguiente se estableció
en México y desde aquí, con su estilo inigualable –como bien refiere Juan
Gabriel-, se adelantó a su tiempo interpretando la más rica variedad de ritmos
musicales que conforman el antecedente inmediato de la balada actual.
MONNA
BELL
es originaria de la República de Chile y nació el 5 de enero de 1938 bajo el
nombre Ana Nora Escobar. Siendo apenas una adolescente inició su carrera
artística tratando de seguir los pasos de sus paisanos Lucho Gatica y Antonio
Prieto, quienes se habían consagrado como prestigiados intérpretes de boleros y
canciones sentimentales en toda Hispanoamérica. A finales de la década de 1950,
MONNA BELL se estableció en España y
precisamente en tierras ibéricas, incorporó a su estilo esa especie de toque
europeo mediterráneo en grata conjunción con el sentimiento latinoamericano.
Por eso le fue fácil adaptar a su voz cualquier variedad de ritmos y armonías
(características indiscutibles de su capacidad interpretativa) como el beguine,
el calipso rock, el cha cha chá y el fox, pasando por el bolero rítmico, la
bossa nova, el swing y por supuesto, la música de Los Beatles y las baladas
europeas.
En nuestro país sus grabaciones
realizadas en España para el sello Hispavox
fueron comercializadas por el recordado sello Gamma en 3 discos larga
duración. Para mediados de los años 60’s firmó un contrato de exclusividad con
el sello Musart en donde grabó 4 discos LP.
En estos sellos quedarían registradas sus mejores interpretaciones.
En esa época contrajo
matrimonio con el director de fotografía Alex Phillips Jr. y apareció en el cine como actriz estelar junto a Luz
María Aguilar y Olivia Michel en la cinta de 1962 Las recién casadas. En ese mismo año comparte créditos con Augusto
Benedico en Los secretos del sexo débil y en 1964 tuvo una aparición especial
en la cinta ¡Buenas noches, año nuevo!,
protagonizada por Silvia Pinal y Ricardo Montalbán.
Entre 1960 y 1980 se presentó
con gran éxito en inolvidables programas de televisión como Variedades de Medianoche, Noches de Bohemia y La bella época y realizó cualquier cantidad de presentaciones
radiofónicas y personales en recitales y en centros nocturnos.
MONNA
BELL
tuvo el privilegio de ser una de las primeras cantantes de música popular que
actúo en el Palacio de las Bellas Artes con el acompañamiento de la Orquesta
Sinfónica Nacional.
MONNA
BELL
ha sido inspiradora de toda una generación de artistas, quienes reconocen su
lugar como primerísima figura de la interpretación. Su habilidad para interpretar canciones
sentimentales con un matiz de jazz y blues, es aun en nuestros días una
cualidad difícil de encontrar en algún otro intérprete.
El singular estilo
interpretativo de La monísima MONNA BELL constituye un puente por el
que transitó el bolero y la canción de corte romántico de la época de oro a la
de corte festivo y sentimental que tendría la balada a partir de la década de
1960.
Una triste enfermedad apagó la
voz de esta extraordinaria intérprete, quien murió en la ciudad de Tijuana,
México el 21 de abril de 2008.
Aunque tal vez esto no sea del
todo cierto. Desde aquel día, el recuerdo de quienes la admiran –que es algo
que nunca muere- repite sin cesar: ¿Dónde estás, dónde estás?... Y no puede
alcanzarla pues una montaña se interpone en su camino… Pero persiste en su
empeño y así, subiendo, subiendo, sin importarle que las nubes se rían a su
andar, el recuerdo llega a la cumbre cubierta de nieve… Y entonces ahí, cerca
de Dios, por fin puede escucharla cantar otra vez… Sí, es su voz celestial… Es
la voz de La Divina MONNA BELL.
Les presentamos las grabaciones
más representativas que esta magnífica intérprete realizara entre 1959 y 1969,
también les ofrecemos la canción
principal de su último disco grabado en 1992.
Un telegrama, composición de
los hermanos Gracía Segura.
La montaña, compuesta por
Augusto Algueró
Pequeña, bolero compuest por Maderna y Expósito.
Porque tú me acostumbraste, de
la inspiración del cubano Frank Domínguez.
Aún te sigo amando, compositor
J. Sánchez.
Enamorada, compuesta por De
León y Guijarro.
Marea baja, composición por
Robert Maxwell y Carl Sigman.
La chica de Ipanema, compuesta
por Antonio Carlos Jobim.
Alguien cantó, composición de
Udo Jürgens.
Corazón feliz, composición de
James Last y J. Rae.
Es que estoy pensando en ti,
composición de Armando Manzanero.
El sonido del amor, compuesta
por Juan Gabriel.
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