Gonzalo Curiel Barba fue uno de los
compositores más finos que ha dado nuestro país. La otrora llamada Andalucía de
México, nuestra entrañable Perla de Occidente, cuyos pintorescos alrededores
han sido evocados por poetas, pintores y músicos mexicanos, lo recibió en su
seno un 10 de enero de 1904.
Seguramente, en su niñez debió
recorrer en tranvía los caminos de ayer de la boyante ciudad de Guadalajara con
sus escasos 100 mil habitantes. Sus ojos de niño quedaron sorprendidos por sus
espléndidas colonias llenas de edificios elegantes con amplios y bellísimos
jardines en donde las palmas alternaban
con las plantas de ornato policromadas.
Con el objeto de satisfacer a sus
padres, se trasladó a la Ciudad de México para estudiar Medicina, aunque su
verdadera vocación la había descubierto desde pequeño: la música. Cabe
mencionar, que por esta razón su padre se distanció de él prácticamente hasta
su muerte.
Los caminos de ayer acompañaron al
joven Curiel por las añejas calles de Venustiano Carranza y San Juan de Letrán.
En pleno centro de la capital Azteca, Chalito consiguió un empleo en una casa
vendedora de rollos de pianola y en ese lugar, el destino le regaló el tiempo y
la ocasión propicia para practicar y ejecutar el piano.
Gonzalo Curiel hizó su debut en la
XEW, Catedral de la radio en México, en el ya lejano año de 1931, dirigiendo su primera orquesta a la que
le llamó “Los Trovadores del Ensueño” en la que por cierto, también figuraba
otro gran músico y trompetista: “El Chino” Ibarra. En ese mismo año, acompañó como pianista en
una gira exitosa por todo el país al Dr. Alfonso Ortiz Tirado y compuso la
canción “He querido olvidar”.
La fama que adquirió Chalo Curiel como
compositor le permitió que el famoso tenor José Mojica le estrenará “Dime” (una
de sus más famosas composiciones), en el Teatro Arbeu”. En 1934 formó el cuarteto Ritarmelo (ritmo,
armonía y melodía) integrado por Emilio Tuero, Pablo y Carlos Martínez Gil y
Ciro Calderón. En este año, si usted es un cinéfilo de nuestro cine, recordará
que nuestro compositor apareció en pantalla en la cinta “Payasadas de la vida”
dirigiendo a su orquesta.
En 1937 conformó su mejor proyecto
musical: la orquesta “El Escuadrón del Ritmo” con la que se presentó en los
mejores cabarets de la época, acompañó a innumerables voces radiofónicas, así
como triunfales giras por distintas partes de nuestro continente. En su
formación estuvieron Ernesto Domínguez, Pepe Márquez, Abel Domínguez, Mario
Ruiz Armengol “El señor armonía” y Ramón Márquez “El Chivirico”, entre muchos
otros.
A partir de 1938, el compositor
Gonzalo Curiel comenzó una intensa actividad escribiendo fondos y música para
la pantalla de plata. Muchas son las películas en las que podemos escuchar su
trabajo: Los millones de Chaflán (1938); Hombres de mar (1938) en donde se
estrena su mayor éxito musical “Vereda tropical”; Santa (1943); A media luz
(1947); Juan Charrasqueado (1948); No me quieras tanto (1949); La vida en broma
(1950); Dos caras tiene el destino (1952), Eugenia Grandet (1953), cuyo trabajo
le valió recibir un Ariel e Historia de un abrigo de mink (1958), entre muchas
otras.
Su labor como compositor lo llevó a
recorrer los caminos de ayer de la mejor época de la canción romántica en
México. Son hasta hoy muy recordadas las canciones que creó con notables
letristas de la época como Gabriel Luna de la Fuente (Inevitablemente), Ernesto
Cortázar (En cada puerto un amor),
Ricardo López Méndez (Déjame), Alfonso Espriú (Sorpresa) y Mario Molina
Montes (Mira cuántas cosas), entre muchos otros.
En la XEW estrenó su primer “Concierto
para piano y orquesta en re bemol”, y el 19 de abril de 1951 ejecutó el
“Concierto número dos, para orquesta, en re menor”, ésta última sería
interpretada por la Orquesta Sinfónica
Nacional conducida por él en el Palacio de Bellas Artes en noviembre de aquel
año.
Gonzalo Curiel fue cofundador y
Presidente de la Sociedad de Autores y Compositores de México. En 1958 fue
declarado ciudadano distinguido del Estado durante la Feria de Jalisco.
El
4 de julio de 1958, Chalo Curiel musicalizó por última vez, los caminos
de ayer que le dieron gloria y fama a la canción romántica en México. Sus
restos descansan en el Panteón Jardín pero sus canciones perduran en el
cancionero de lo entrañable.
Los invitamos a escuchar las
siguientes grabaciones realizadas entre 1932 y 1958 para los sellos
discográficos de RCA Victor, Peerless,
Musart y Orfeón.
Visión, disfruten de este pieza en las voces del Dr. Alfonso Ortiz Tirado y de Rosa
Tentoni.
Dime, la inolvidable voz de José
Mojica se hace presente con este número.
Calla tristeza, escuchen al maestro
Gonzalo Curiel dirigiendo su fina
orquesta.
Anoche, magnífica interpretación de
las Hermanas Águila.
Antes, Chucho Martínez Gil fue uno de
los mejores intérpretes de la obra del maestro Curiel.
Calla, a la muerte del maestro Curiel,
Marilú “La muñequita que canta” presentó un disco de larga duración para rendirle
un homenaje a su obra.
Déjame, de las mejores versiones para
esta canción fue con el estupendo trío de Los Tres Ases.
Me acuerdo de ti- Caminos de ayer-
Traicionera, dos grandes cancioneros de nuestra música popular Fernando
Fernández y Chucho Martínez Gil unieron sus voces para nuestro deleite.
Sin lágrimas, una de sus mejores
versiones a esta canción fue la realizada por Irma Carlón.
Sorpresa, con uno de los cancioneros
olvidados, la grata voz de David Lama.
Ya nada soy, con la inigualable Olga
Guillot.
Increíble la selección musical. Muchas gracias por subirla. Calla tristeza es un hit
ResponderEliminarIncreíble.. Un recuerdo a la nostalgia. Al amor y a la bohemia.. Gracias maestro
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