BIENVENIDOS


En este lugar se encuentran reunidos nuevamente el tiempo, la música y nuestros recuerdos...Iniciemos este maravilloso viaje al ritmo de las canciones y melodías de la Música sin Final...Déjese llevar por el mágico sonido que envuelve milagrosamente, ese algo que creíamos olvidado, pero que sigue ahí escondido en algún lugar, sin límites...sin final...¿Quiere saber en dónde está ese lugar?...Habita en su recuerdo y está más allá de la música...¿Nos hace el honor de acompañarnos?...Gracias.

Sus amigos,

Ricardo y Alejandro Martínez Arreola

jueves, 11 de septiembre de 2014

TROVADOR NACÍ…MIGUEL MEDINA FLORES




El legendario trovador mexicano Miguel Medina Flores, nació en la ciudad de Monterrey un 17 de mayo 1926. En compañía de sus 12 hermanos, le gustaba caminar por las tranquilas calles de la regia ciudad de las montañas o bañarse en los veneros de las aguas termales de Topo Chico. Muchas veces, mientras entonaba alguna canción, el pequeño Miguel imaginaba que su voz podía conquistar la cima del Cerro de la Silla.

Monterrey inició en la década de 1930 un vertiginoso proceso de transformación industrial. La aparición de fábricas atrajo a familias trabajadoras, provenientes de ciudades vecinas de Nuevo León y después de otras entidades como San Luis Potosí y Coahuila. El ambiente urbano que prevalecía en la época, propició el desarrollo de la vida nocturna y el establecimiento de múltiples centros de diversión. En 1939 Miguel Medina Flores se integró a un conjunto tropical llamado El Son Maní, cuyo cantante era el bolerista Enrique García, popularmente conocido como el KING.


En 1940 Miguel formó parte del elenco del Circo Veas Modelo con un nuevo trío llamado Los Compadres  junto a Alfonso Estrada y Piedad Altamirano, con quienes realizó una exitosa gira por el norte de la República mexicana.

Al concluir su participación en el Circo, Miguel decidió probar suerte en el Distrito Federal. De esta manera, en los primeros años de la década de 1940, formó parte de diferentes agrupaciones y trabajó destacadamente en varios centros nocturnos como La Lechuza (se ubicaba en las calles de Bolívar y Juan A. Mateos) y El Zombie (que presentaba como estelar al cantante cubano Yeyo). En esta época se destaca su participación con Los Camperos, organización que dirigía el compositor Severiano Briseño y en la que compartió créditos con los hermanos Antonio y Roberto Cantoral y Chucho Gutiérrez.

En 1945, el versátil Miguel reagrupó al trío Los Compadres. En esta ocasión, además de contar con su inseparable compañero Alfonso Estrada, incluyó al popular “Chinaco” Arreguín, fundador de Los Camperos. Por cierto, el trío de Los Compadres acompañó durante cinco años a Pedro Infante en diversas giras que realizó por Estados Unidos, Cuba y Centroamérica.

La Época de Oro de los Tríos en México no podría contarse sin Miguel Medina Flores y El Trío Avileño. Su leyenda se forjó allá por 1951, cuando Los Compadres viajaron a Mérida, Yuc., para participar en la inauguración de una radiodifusora local. Al terminar el evento, el dueño de la estación los invitó a cenar y gracias a la causalidad, mientras deparaban en la mesa de un restaurante, Miguel conoció al cantante cubano Fernando Estenoz, integrante en aquel entonces del Trío Martino.

Los Compadres regresaron a la capital azteca para continuar sus presentaciones en el centro nocturno Tullerías.  Una noche, al terminar su actuación, Fernando Estenoz visitó a Miguel para comentarle que sus compañeros de trío habían decidido regresar a Cuba y que él trabajaba  con un grupo tropical.

El locutor Jaime Manrique les propuso organizar un  nuevo trío. Miguel invitó a su hermano Antonio Medina (ex integrante de Los Romanceros) y así, a sugerencia de Fernando Estenoz, oriundo de Ciego de Ávila, surgió El Trío Avileño.



Las primeras grabaciones del Trío Avileño se dan a la par de sus recordadas participaciones en la XEQ. Aquellos registros sonoros quedaron registrados en el sello COLUMBIA. Su primer disco (grabado a finales de 1951) incluyó los temas Billetera de Luis Marquetti  y  Esto sí que está gracioso del cubano Antonio Fernández. Al año siguiente grabaron para Discos MUSART la canción Tu recuerdo  y yo de José Alfredo Jiménez y el bolero Yo no sé que siento aquí del compositor yucateco Luis Demetrio. (Para este sello grabaron Que le quiten el tapón, Nuestra separación, Qué cosa tú tienes, Pequeñeces, Dolor de muelas y la primera versión de Adiós Lucrecia en cuya grabación interviene la Marimba Nandayapa).


Posteriormente, ya como artistas exclusivos de Discos Columbia, registraron sus principales éxitos, de corte divertido y tropical: La engañadora, Yo no como pollo, Cha cha chá Chabela, Señor Juez y muchas más. La popularidad del Trío Avileño a mediados de la década de 1950 es indiscutible: además de realizar 17 programas de radio en una semana, recibieron en 1954 el premio Grand Prix otorgado por la Academia Charles Gross de Francia  y un reconocimiento especial de la XEW por haber logrado participar en La voz de la América Latina desde México de manera destacada.




En 1954, en la línea festiva y jocosa de sus interpretaciones, grabaron una guaracha en honor al pelotero veracruzano Beto Ávila, figura indiscutible del béisbol de las Grandes Ligas. En este año, gracias al éxito de su versión a Me lo dijo Adela, El Trío Avileño obtuvo el Disco de Oro (entre 1951 y 1960 realizaron aproximadamente 380 grabaciones, todo un suceso en la historia musical del género).




Ya como solista, Miguel Medina grabó un disco LP para el sello Cisne. En este material de colección, incluyó boleros, guarachas y montunos tales como Una aventura, Tú no mereces perdón, Pobre Adán, Preciosa, así como dos composiciones de su inspiración: Baila Miguel y El Rey ha muerto (dedicada a Benny Moré).

En el ocaso de 1963 formó con sus hermanos Oscar y Antonio el Trío Los Medina, quienes acompañados por el Conjunto de Chucho Rodríguez, permanecieron por espacio de dos años en el elenco estelar de Discos Dimsa.

En la segunda mitad de la década de 1960, Miguel Medina Flores participó en diversas agrupaciones musicales, entre las que se destacan Los Chinacos y Los Medina (ya como cuarteto, gracias a la incorporación de su hermano Enrique).




Pocos conocen la otra faceta de Miguel Medina que es la de compositor. Entre sus creaciones musicales destacan Dos lagrimas brotaron que alcanzó popularidad en la voz de Álvaro Zermeño; Haz lo que quieras, grabada por el cantante Rubén Reyes; Martha Alicia, llevada al acetato por El Trío Avileño y que dedicó a su hija;   y Linda Guajira, grabada por el Conjunto Batachá, Tony Camargo y Pepe Arévalo.

Quizá su canción más conocida es Baila Miguel, que alcanzó la cima de la popularidad con Tony Camargo en 1956 y que también grabaron Arturo NúñezLa Sonora Maracaibo y Emilio Domínguez.

A partir de 1973, después de la desintegración de Los Medina, Miguel  siguió su carrera como solista, pasando por algunas etapas muy efímeras con tríos y duetos, como el Trío Cantarrecio (Moisés Esteves y José Luis Corona).


Los años han pasado. Las ciudades que recorrió el trovador acompañado de sus amigos y sus canciones también han cambiado. Ahora, la inspiración se viste de recuerdos... El generoso Miguel, como en los viejos tiempos, cada miércoles ameniza la charla y el café al lado de sus amigos... Sus amenas historias sobre la vida cotidiana y artística del viejo México, son el pretexto perfecto para no olvidar aquel tiempo de trova y de bohemia... 

La tarde se aleja y el espacio -después de escuchar a nuestro amigo Miguel Medina Flores-, se impregna con el aroma de la añoranza. El trovador se aleja pero nos comparte su recuerdo... Su ayer.


Luis Jaime Chapa Elizondo


Les ofrecemos las siguientes grabaciones deseando con toda sinceridad que las disfruten.

Billetera, primera grabación del Trío Avileño a finales de 1951 para la marca Columbia, composición de Luis Marquetti.


Porfiado corazón, de Luis Marquetti esta grabación de 1952.


Yo no como pollo,  composición de Otilio Portal grabada en 1952.


Casilda, composición de Oswaldo Farres esta grabación de 1952.


Tú recuerdo y yo, compuesta por José Alfredo Jiménez,  primera grabación del Trío Avileño en 1953 para el sello Musart.


Pequeñeces, composición de Bobby Capó grabada en 1953.


Nocturnando, grabada en 1955 esta composición de Pablo Cairo.


Un amor que no fue amor,  grabada en 1957 esta composición de Odilia Moreno.


Qué cosas tienes tú, grabación de 1959.


El rey ha muerto, en voz de su autor Miguel Medina esta grabación de 1963 dedicada a Beny Moré.


La miel de la luna, grabación de 1963 en voz de nuestro homenajeado.


Baila Miguel mí son, en voz del propio  autor Miguel Medina en 1963.


El reloj de pastora, de Arsenio Rodríguez esta grabación del Cuarteto Los Medina a mediados de los 60’s.


El manisero, eterna composición de Moisés Simmons, grabación del Cuarteto Los Medina a mediados de los 60’s.