BIENVENIDOS


En este lugar se encuentran reunidos nuevamente el tiempo, la música y nuestros recuerdos...Iniciemos este maravilloso viaje al ritmo de las canciones y melodías de la Música sin Final...Déjese llevar por el mágico sonido que envuelve milagrosamente, ese algo que creíamos olvidado, pero que sigue ahí escondido en algún lugar, sin límites...sin final...¿Quiere saber en dónde está ese lugar?...Habita en su recuerdo y está más allá de la música...¿Nos hace el honor de acompañarnos?...Gracias.

Sus amigos,

Ricardo y Alejandro Martínez Arreola

viernes, 24 de mayo de 2013

JÓVENES DE CORAZÓN



JÓVENES DE CORAZÓN

De vez en cuando se antoja recordar aquello que archivamos entre las buenas cosas del ayer y, en lo que respecta a este blog, lo musical es nuestro pretexto.

Sirvan estas líneas para compartir con ustedes queridos compas algunos recuerdos en esta FOTOHISTORIA musical de los años que cursé la preparatoria en el Instituto Patria que se ubicaba en la colonia Polanco, en esta Ciudad de México.




Los años cincuenta del siglo pasado fueron para México muy dinámicos en el terreno de la música popular y sin duda, su influencia continuó al transcurrir de los años. El mambo y el cha cha chá gozaban su fulgor, el bolero continuó su hegemonía romántica reforzándose con los tríos;  la música española fue muy bien acogida, la canción italiana empezó a permear en las ideas musicales; la música ranchera se transformaba y volvía a la cima en las preferencias, mientras que se asomaba tímidamente en nuestro país un ritmo proveniente de nuestro vecino del norte que a los adolescentes cautivó con la premisa de libertad al  elegir la identidad que se ajustara a todos sus intereses y sueños: el rock and roll.

Con el final de la Segunda Guerra Mundial la supremacía americana fue imponiéndose en todas las actividades del mundo occidental. Todos miraban hacia Norteamérica con gran expectación, era inevitable  sustraerse a la tentación: la invasión cultural era irremediable. El auge económico que experimentaron las economías mundiales durante la posguerra, transformó las estructuras sociales de fuerte tradición conservadora. México no podía ser la excepción. El “milagro mexicano” arrastró a las grandes urbes (particularmente la ciudad de México) el estilo de vida imperante en Estados Unidos.

Los encargados de llevar  la voz del cambio eran los jóvenes. La influencia de los sectores marginados en Norteamérica (grupos de negros, chicanos, migrantes), fueron determinantes en la nueva concepción de la realidad: el mundo estaba cambiando y en consecuencia, las metas de la vida, los valores, las costumbres y la música también. Por vez primera los jóvenes en México tuvieron acceso a la palabra y la creación de música propia. En muchas de sus creaciones, se evidenció la descomposición del sistema político arcaico y represor, así como las debilidades de una sociedad llena de contradicciones e insalvables diferencias.

Recuerdo con especial encanto que el cine era parte fundamental de la vida cotidiana del capitalino de aquella época. Eran grandes salas cinematográficas de brillantes marquesinas, amplios vestíbulos y pantallas gigantes, algunas muy lujosas y otras no tanto. Los considerados como cines de primera categoría se encontraban por los rumbos de la  Alameda Central y del Paseo de la Reforma dedicados a exhibir estrenos. Las películas mexicanas tenían un circuito muy amplio de distribución en las calles de San Juan de Letrán o Fray Servando Teresa de Mier (en esa época  cuando menos había una sala por modesta que ésta fuera en cada barrio).




La modernidad en la pantalla grande  no se hacía esperar, pues para 1953 el Cine México exhibió por primera vez en nuestra ciudad una película en 3D: La Casa de Cera así como también la primera en formato de Cinemaescope y sonido estereofónico. ¿La recuerdan? Claro, se trata de El manto sagrado.




Tal vez algunos de ustedes recordarán una práctica usual de esa década y de la siguiente al exhibir un cortometraje o caricatura antes del platillo principal. Cuando se trataba de películas producidas por MGM  estaban Tom y Jerry; para Universal  no podía faltar el Pájaro Loco; con la Warner Bros.,  desde luego  Bugs Bunny o el Pato Lucas; con los estudios Columbia aparecía el perro Motita. También era recurrente retomar pequeñas series en episodios como Los Tres Chiflados, La Pandilla o El Gordo y el Flaco en el Cinelandia.

Para la juventud inquieta -sobre todo clase mediera- las novedades musicales a su gusto las encontraban en emisoras como Radio 590, Radio 6.20 (la sintonizaba en compañía de mis amigos para estudiar o hacer las tareas), Radio 660, Radio Éxitos o Radio Mil. Aquellas estaciones basaban en mayor o menor medida su programación en las listas del Billboard de los  Estados Unidos y gran parte de su éxito lo debían a los números  musicales que difundían como exclusividad. Radio 6.20 olvidó  su condición de  estación “chica” y obtuvo mucha notoriedad al enfocarse en captar exitosamente a la población estudiantil, por ejemplo los alumnos de la UNAM tenían su programa “Azul y Oro” bajo la conducción de Sergio Romano que con el tiempo se convirtió en un  periodista, escritor y conductor de TV muy reconocido, mientras que el IPN tenía su programa “Ateneo Miguel Bernard”, cuando sus autoridades lanzan la convocatoria para seleccionar el que sería el Himno de esa casa de estudios, formó parte del jurado Víctor Blanco, Gerente de XENK.  Su programa de las 14:00 hrs. Café Concierto patrocinado en esa época por la Casa Veerkamp era un referente obligado para escuchar las novedades del Hit Parade en distintas partes del mundo.


El frenesí juvenil no pudo escapar del celuloide y un cine dirigido específicamente a ellos arribó a nuestras pantallas. En 1955 el cine Roble exhibió Semilla de maldad, como bien saben, aquí se escuchó Rock around the clock con Bill Halley y sus Cometas cuando aparecen los créditos de la película. El cine Polanco y el Mariscala en ese mismo año exhiben la cinta Cómo usar las curvas en la que la actriz Sheree North baila Shake Rattle n’ Roll, un año después proyectan Al compás del Rock  y un año más tarde Rock, rock, rock bamboleo frenético y Tú sabes lo que quiero. Para 1958 el cine Roble exhibe Prisionero del Rock ‘n Roll  y Las Américas proyecta Melodía Siniestra. En esas cintas la chamacada interesada y afortunada -pues no estuvieron mucho tiempo en cartelera- pudo conocer a Elvis Presley, Little Richard, Gene Vincent y sus Blue Caps, The Platters, Teddy Randazzo, Chuck Berry, LaVern Baker, Clyde Mcphatter, The Moonglows, Frankie Lymon y sus Adolescentes, Fats Domino, Eddie Cochran, entre muchos otros. Aunque no podemos olvidar que en 1957 The Platters se presentaron con mucho éxito en el Teatro Politeama.


Mientras que en la Unión Americana durante 1958 se podía respirar una muerte que ni fue oficial ni fue anunciada, la del espíritu del rock and roll: El “Rey” Elvis, estaba uniformado y reciclado;  Chuck Berry se ensombrecía  por sus vicios; un Jerry Lee Lewis acusado de pervertir  jovencitas; y un Little Richard descafeinado por su fanatismo religioso; verdaderas estocadas a esos personajes que los más conservadores   señalaban como nocivos para la sana juventud. Por su parte, nuestro país esperaría dos años más a que su mercado potencial de jóvenes fuera económicamente atractivo para que los rocanroles (pasados o recientes) se grabaran en español y en buena cantidad en estas tierras aztecas.

El mercado de jóvenes quinceañeros estaba enloquecido por recibir  nuevos ídolos que sin más ni más  inundaron el escenario musical y por supuesto apegándose a las buenas costumbres.  Nombres como Pat Boone, Ricky Nelson, Paul Anka, Bobby Darin, Frankie Avalon, Everly Brothers, Bobby Vinton, Tommy Sands, Bobby Rydell, Neil Sedaka, Gene Pityney, Ray Peterson o  Brian  Hyland,  supieron conectar baladas de amor directamente con los sueños y angustias del adolescente.  La legión femenina la encabezaban Brenda Lee, Connie Francis, Connie Stevens, Linda Scott, Teresa Brewer, Jodie Sands, actrices como Sandra Dee, Tuesday Weld contribuyeron a alimentar con su presencia en la pantalla o en el disco las fantasías convencionales de millones de jóvenes de todo el mundo.

A mediados de la entrañable década de los 50’s, se inició la construcción de la iglesia de San Ignacio de Loyola (por cierto, siguiendo la tradición europea todo colegio católico debía contar con una capilla; sin embargo, como no era posible edificar una al interior del Patria, se consiguió un terreno cercano para tal fin). Con el paso de los años la iglesia abrió sus puertas para recibir a la gran comunidad familiar que formábamos (y seguimos formando) en el Patria…
Hace 55 años terminé mis estudios de preparatoria en el Instituto Patria. Sin embargo, a pesar de todos estos años, aún están presentes en mí los recuerdos de aquella etapa maravillosa de mi vida. En aquella escuela me encontré con mis profesores y compañeros de clase… Puedo asegurarles que desde entonces -quizá en diferentes formas-, decidimos caminar juntos por la vida. Y en eso estamos… Quo Melius Illac, buscar lo mejor.


Por cierto, seguimos siendo jóvenes de corazón.


Guillermo Alducin Varela

Generación 58'


Mayo, 2013.







Estas son algunas canciones que nos permiten decir…Gracias por el Recuerdo.

Too young, composición de Sidney Lippman y Sylvia Dee que alcanzó el millón de ventas durante 1951 en la extraordinaria versión de Nat King Cole con el respaldo  orquestal de Les Baxter.



Singin' in the Rain, una de mejores  comedias musicales proyectadas en la pantalla grande en 1952, protagonizada por Gene Kelly, Donald O’Connor y Debbie Reynolds. La canción tema fue escrita en 1929 por Arthur Freed y  Nacio Herb Brown.



Sh-Boom, una de las canciones doo wop más recordadas de 1954 es  la versión por  The Crew Cuts que se impuso en las listas de popularidad a la grabación realizada primeramente  por The Chords.



Love is a many splendored thing,  tema central de la cinta Angustia de un querer  como se conoció en México en 1955, una de las versiones cantadas mejor logradas en aquella temporada fue la realizada por  The Four Aces.  Esta balada  fue compuesta por  Sammy Fain y Paul Francis Webster.



A sweet old fashioned girl,  una de las cantantes consentidas del sello Coral Teresita Brewer con una de sus interpretaciones más populares de 1956.



With all my heart,  de muy  breve carrera musical  la estupenda  voz de la cantante Jodie Sands nos ofrece su mayor éxito de 1957.



He’s mine,  en febrero de 1957 The Platters se apuntaban un éxito con esta canción que  además incluyeron en una de sus participaciones cinematográficas, la curiosidad de este número es que lo interpreta su integrante  femenina Zola Taylor.



King Creole,  canción que da título a la película de 1958 que se conoció  en México como Melodía Siniestra, marcaría en definitiva a Elvis Presley, pues doce días después de terminar la cinta se enroló en el ejército.



High class baby, un ejemplo de los considerados rocanroles  contestatarios fue este número del británico Cliff Richard en 1958, uno de los sencillos llamados de dos caras “A” (La mantequilla / Presumida).



Since  I don’t have you,  una de las baladas que bien puede identificar toda una época es sin duda esta grabación de 1958 realizada por The Skyliners.



 As time goes by,  canción gratísima que asociamos a la película Casablanca de 1942 aunque fue compuesta por Herman Hupfeld en 1931, muchas son las versiones que han desfilado a lo largo del tiempo. Una de las más exclusivas en Radio 6,20  fue esta grabación de Johnny Nash para el sello ABC Paramount en 1958.



Nel blue dipinto di blu,  triunfadora de la edición de 1958 del Festival de San Remo, esta  grabación significó para Domenico Modugno ser considerado el ejemplo de la canción moderna italiana.



Why, el baladista Frankie Avalon colocó un número uno en las listas del Hit Parade de 1959 con esta composición de la mancuerna Marucci/De Angelis.



If I give my heart to you,  una balada muy recordada en la voz de Doris Day durante 1954. Les presentamos una estupenda versión realizada en 1959 por el trío The Teddy Bears, cabe señalar que uno de los miembros de este grupo era Phil Spector, quien en la siguiente década revolucionaría la música Pop con el llamado “Muro de sonido”.



If I had a girl, comenzaba 1960 y Rod Lauren lograba su único éxito con esta gratísima  balada para el sello RCA Victor.



Young at heart,  canción escrita por Johnny Richards y Carolyn Leigh para ser estrenada por Frank Sinatra en 1953, un año después le daría título a la película que protagonizó junto a Doris Day. Para dar fin a esta entrada e ilustrarla lo mejor posible, disfruten de esta rara versión del Viejo Ojos Azules con diálogo inicial.