El pasado mes de noviembre
tuvimos la fortuna de ser invitados a una reunión organizada para celebrar al
respetable y fino amigo Luis Jaime Chapa, uno de los coleccionistas de música
popular más importante de nuestro país. Como anfitrión fungió Julio Salazar
fundador del Cuarteto Armónico. Se dieron cita en tan agradable tarde varias
amistades y por supuesto músicos de la vieja guardia. De las muchas
improvisaciones musicales que surgieron casi inconteniblemente destaca para el
comentario de esta ocasión la del propio Cuarteto Armónico, que a pesar de
contar con un solo miembro original sigue conservando la esencia que le dio
origen, con un repertorio al más puro estilo de las escuelas de grupos blancos
en los Estados Unidos como The Pied Pipers o The Four Freshmen.
Si bien, la armonía vocal ha
sido utilizada como un recurso importante desde hace varios siglos en la
música, para las primeras décadas del siglo XX fue
fundamental en el desarrollo de la canción popular y comercial. La comunidad
afroamericana privilegiaba en muchos casos
las cuerdas vocales por encima o incluso prescindiendo de la base
instrumental, emitían sonidos (sin sentido aparente, señalaban algunos) con la
capacidad de sustituir a un instrumento.
Esa técnica la dominaron muchos grupos vocales a partir de la década de
los 30’s. Por ejemplo, existe la anécdota en una sesión de grabación del maestro Juan
García Esquivel, cuando estaban a punto de comenzar le informaron que uno de
sus trompetistas se había reportado enfermo, no encontrando reemplazo alguno,
llamó a Las Tres Conchitas que con sus voces sustituyeron el sonido de las
trompetas y el resultado usted lo puede imaginar: la grabación fue maravillosa.
Los grupos de armonía vocal
en los Estados Unidos se pueden contar por cientos o quizás miles, pero en
México la situación no es nada parecida. Las tonadas rítmicas, la balada romántica,
las parodias musicales o la canción de humor fueron interpretadas bajo las escuelas vocales que predominaron
desde los años 30’s hasta los 50’s como fueron las de The Mills
Brothers, The Ink Spots, The Modernaires, The Andrew Sisters, The Four Aces o
The Platters, influyendo fuertemente en
muchas partes del mundo. Basta imaginarnos todo lo que absorbieron de éstas técnicas
los directores de orquesta para fincar en
sus coros gran parte de su éxito.
En nuestro país, en la mitad
de la década de los 40’s impregnada aún del aroma rítmico del Fox Trot,
surgieron Las Tres Conchitas una de
las agrupaciones que por su originalidad y versatilidad recibió el afecto
inmediato del público de la radio y posteriormente en la televisión. ¿Recuerdan
sus nombres?: Cuca, Gudelia y Laura tendrán por siempre un primerísimo lugar en
nuestra memoria musical.A finales de esa década dejan ver sutilmente esa fórmula Las
Hermanas Julián o Las Hermanas Ruiz Armengol.
Un caso sui generis es el de Los
Doce Hermanos Zavala, conformado por seis hombres y seis mujeres. Iniciaba
la década de los 50’s y siendo apenas adolescentes y otros aún en la niñez,
encantaron al público porque no solo tenían lo que nuestros vecinos del norte
definen como el éxito en un artista de esa época –saber cantar-saber bailar y
saber actuar-, ellos tenían a su favor también el de saber tocar diversos instrumentos musicales. Sus apariciones en televisión y en el Festival
OTI son más que memorables.
En esa misma década de los
50’s aparecieron dos grupos vocales cuyos nombres son sinónimo de evocación, El Cuarteo Armónico y Los Cuatro Soles, sus grabaciones
despiertan inmediatamente el interés del coleccionismo. Otros grupos de esa
época fueron Los Trincas, Los Armónicos y Los Diablos.
Los años sesenta tienen a Los Hermanos Castro como su principal referente:
sus éxitos discográficos los colocaron en la preferencia del público no sólo de
nuestro país ya que fueron aplaudidos efusivamente en otras partes del mundo
(el mismísimo Frank Sinatra pedía que se incluyera a este grupo como parte de
sus exitosas presentaciones en los principales centros nocturnos de Las Vegas).
Otros grupos de esa época fueron Los
Impala, Los Vegas, Los Dominics y Los
3 con Ella.
Gentiles amigos, seguramente
ustedes recordarán a otros grupos que a pesar del tiempo y la distancia
viven en su recuerdo. Confiamos que este espacio, en donde vagan sus armonías
vocales, sea un pretexto para traerlos a su memoria.
Esperamos disfruten de la siguiente selección musical.
Mi
oración, número de mediados de los años 20’s sólo en su parte
musical por Georges Boulanger, para 1939 la letra corrió a cargo de Jimmy
Kennedy, de ese mismo año es esta nostálgica grabación de los Ink Spots.
¿Qué
es eso que llaman amor?, inspiración de Cole Porter en 1929, de
las sesiones de grabación de Artie Shaw, Mel Tormé y Los Mel-Tones (aquí
cantaba Les Baxter antes de ser director de orquesta) realizadas entre 1946 y
1947 es esta pieza de colección.
No
es pecado, de la inspiración de Hoven y Shull es esta pieza de
1951, en ese mismo año alcanza el lugar número 4 en las listas de popularidad
con The Four Aces.
Reunión
te etiqueta, la versión más exclusiva al tradicional
número de Birmingham y Hawkins compuesto
en 1938, fue la realizada por The Four Freshmen en julio de 1952.
Cuando
yo te encontré, composición de María Alma, Las Tres
Conchitas, Javier Barrios y el acompañamiento de Fernando Z. Maldonado hicieron
una versión deliciosa en 1953.
Ba
ba baciami piccina, de Alberto Rabagliati y Riccardo Morbelli es
este clásico italiano de 1941, el popular Quartteto Cetra la hizo muy popular
en 1953. Otro de los grupos de armonía vocal de este país es el Cuarteto de
Marino Marini.
Sh-Boom, de
múltiples compositores James Keyes, Claude Feaster, Carl Feaster,
Floyd F. McRae y James Edwards es este memorable número de 1954, la
interpretación que hizo El Cuarteto Armónico es formidable.
Lullaby
of birdland, de la inspiración de George Shearing y letra
de B. Y. Foster en 1952 se convirtió en todo un clásico. La versión en francés
que les presentamos es de The Blue Stars realizada en 1955. Otro de los grupos
de armonía vocal de aquel país fueron Los
Compañeros de la canción.
Mr.
Sandman, composición de Pat Ballard número uno en las listas del
Hit Parade de 1954, Los Cuatro Soles hicieron una estupenda versión en 1956.
Hechizado, de
la mancuerna Rodgers y Hart esta composición para la obra musical Pal Joy
de 1940. Sinatra y The Platters la llevaron de nueva cuenta a la popularidad en
1958.
Baubles,
Bangles and Beads, de los muchos éxitos que ofreció el musical
Kismet de 1953, la adaptación que hicieron Robert Wright y George Forrest a un
tema de Borodin, sin duda la mejor versión a este número corrió a cargo de The
Kirby Stone Four en 1958.
Té
para dos, el clásico de Vincent Youmans compuesto en 1925, Los Hermanos Zavala la llevaron al disco en
1959 y fue uno de sus números favoritos
en su programa de televisión de aquella época.
Enamorada, triunfadora
del Festival de Benidorm celebrado en 1961 fue esta composición de Augusto
Alguero y Rafael León, en ese mismo año
la graba un grupo argentino muy popular en nuestro país, Los Cinco Latinos.
Otros grupos vocales populares, de Cuba Los Ruffino, de Brasil La Banda de la
luna.
Sólo
pienso en ti, compuesta por Randazzo y Weinstein en 1964,
se convirtió de inmediato en un estándar de la música. La versión de Los
Hermanos Castro realizada en 1967 es
simplemente magnífica.
Canción
de amor, composición de Wayne Shanklin en 1958. Se convirtió de
nueva cuenta en un Hit pero ahora internacional cuando el talentoso grupo
Manhattan Transfer la llevó al disco en 1976.