Esa especie de poligamia que vivieron las
industrias del disco, la radio, el cine,
la televisión y la prensa permitieron
que en la primera mitad del siglo XX las
canciones populares tuvieran un arraigo casi inmediato en el público masivo, para
su segura difusión fue necesario que entrara al aro otro invitado: las agencias
de publicidad, pues a manera de estuche de regalo presentaban al
consumidor inolvidables desfiles de éxitos. En repuesta el respetable se encargaría de decidir
-cómo hasta hoy- si serían efímeros o
perdurables, claro está, no sin antes recibir una buena dosis de bombardeo cuyos
resultados serían registrados por sistemas de medición cada vez más sofisticados.
Desde tiempos inmemorables la melodía es lo
que permite que podamos tararear o silbar las tonadas de moda, la única forma conocida que se tenía para medir su popularidad y su respectivo beneficio
económico eran las partituras musicales. El reconocido musicólogo mexicano
Vicente T. Mendoza investigó varios corridos en el siglo XVIII con esta
peculiaridad y así, para el siglo XIX el negocio de las hojas con música fue creciendo
gracias a la influencia del fonógrafo y el gramófono como los medios para
registrar los sonidos. Desde aquellos legendarios años, la industria del disco
diseñó variados esquemas para despejar una incógnita que garantizara su
éxito. ¿Qué es lo que escuchan las
mayorías?
En las postrimerías del siglo XIX se
popularizaron tanto danzas, habaneras,
corridos, polkas o valses como: Las
golondrinas, La paloma, Adiós mamá Carlota, Las bicicletas o Sobre las olas. Grandes personalidades
como José María Villasana o José Guadalupe Posada por mencionar solamente a algunos,
ilustraban magistralmente las partituras musicales de compositores como Juventino
Rosas, Manuel M. Ponce o Miguel Lerdo de Tejada, estafeta que pasarían en el
siglo XX a personajes igual de prominentes como Andrés Audiffred o Ernesto “El
Chango” García Cabral, ahora serían obras de autores como María Grever, Agustín
Lara o Gonzalo Curiel. En los Estados Unidos por la misma época serían
dibujadas por Walt Disney
o Charles Shulz. Las partituras musicales dejaron de ser la espina dorsal del
negocio de la industria de las canciones y cedieron el primer lugar a las
editoras y sociedades que se erigieron para salvaguardar los intereses
económicos de sus creadores.
El 20 de abril de 1935 surge en el Town Hall de la Gran Manzana el programa radiofónico El
Hit Parade (Your Hit Parade), en muy
poco tiempo se convirtió en la emisión con mayor audiencia en la Unión
Americana y su éxito fue tal que al paso de los años rebasó sus fronteras y su
señal sabatina llegó a muchos países-
incluido México- en grabaciones especiales. En una ocasión anterior les
comentamos que el magnífico y siempre bien recordado locutor Ken Smith
transmitía su programa La hora americana
por las siglas XEBZ en el lejano 1935
seleccionando los temas en boga de aquel país.
En una época las agencias de publicidad
pudieron precisar casi quirúrgicamente qué canciones tenían mayor repercusión
en el gusto popular, durante una semana, un mes o un año, los horarios más
convenientes de programar y qué perfil de locutor sería el más adecuado para
radio o televisión.
Fue durante la década de los años 50’s del
siglo XX que el locutor de XEW y editor de la revista Selecciones Musicales Roberto Ayala, instituyó en México el Disco de Oro (al igual que lo hacían los Estados Unidos)
que otorgaba lógicamente su revista a lo más granado de los intérpretes,
compositores y canciones con mayor difusión en nuestro país, repercutiendo en
contratos, giras, entrevistas, reportajes y grabaciones. Desde
aquellos años se creó la buena costumbre de publicar diversos cancioneros, los
cuales abordaremos en una entrega posterior.
Las radiodifusores en México que integraban
en su barra programática música popular proveniente de nuestro vecino del
norte, como Radio 590, Radio 6.20, Radio Mil, Radio 660, Radio Capital o Radio
Éxitos, adoptaron el esquema marcado por
el tío Sam de programar con el Top 40 de sus listas de popularidad,
garantizando así el éxito de sus emisiones.
Muchos son los programas de radio o
televisión que seguramente usted recuerda en distintos momentos y décadas de su
vida, uno que motivó el nombre de la
entrada de hoy era difundido por la estación del gallito, nuestra
entrañable XENK Radio 6.20 desde la década de los 60’s (en 1959 fue la última
emisión de El Hit Parade en los
Estados Unidos ya como versión televisiva) y fue deliciosa hasta que se extinguió
de su señal.
Les presentamos la siguiente selección
musical, distintas épocas en la música popular.
Las bicicletas, exitosa polka de 1896 con
la que su autor Salvador Morlet celebraría el arribo de este vehículo a nuestra
capital a finales del siglo XIX. Sin duda, nos viene a la memoria el
inolvidable personaje Don Susanito Peñafiel y Somellera que al presentarse
solía decir: para servir a Dios, a don
Porfirio y a usted. La versión es la de la Orquesta Típica de la Ciudad de
México realizada en 1956 para la RCA Victor, incluida en el magnífico disco Lp Paseo en la Alameda.
Dardanella, un Fox-Trot de Felix Bernard y
Johnny S. Black compuesto en 1919, de inmediato se popularizó en la Unión
Americana vendiendo cinco millones de copias. En México también logró gran aceptación,
una de las emisoras que la mantuvo en su programación varias décadas fue Radio 6.20.
Les ofrecemos una versión de 1920 con Harry
Raderman’s Jazz Orchestra para la marca Edison.
Vereda tropical, bolero compuesto en 1936
por Gonzalo Curiel y estrenado en la película Hombres de mar del mismo año, alcanzó tal fama en voz de Lupita
Palomera que incluso -dice una leyenda- hubo anuncios laborales para las
trabajadoras domésticas que al concluir de detallar las actividades que
desempeñarían remataban con: “y que no canten Vereda tropical”. Seguramente la
canción del maestro Curiel más popular en México y el mundo.
Over the rainbow, balada compuesta en
1939 por Harold Arlen y Yip Harburg,
interpretada por Judy Garland en la película El Mago de Oz de aquel año.
Merecedora del premio Oscar como mejor canción, aunque los productores de dicha
cinta no confiaban en la canción intentando eliminarla varias veces de la
versión final del filme. Sin duda, la carta de presentación de Judy Garland por
siempre.
Yo sé
por qué y tú también,
la era de Swing dejó una estela
interminable de buenas canciones, ésta composición de H. Warren y M. Gordon lo
demuestra, su éxito se debe a la versión de Glen Miller y a su agrupación vocal
Los Modernistas, fue incluida en la
banda sonora de la película de 1942 conocida en
México como Las viudas del jazz.
Anna (el negro zumbón), baion de la película
italiana Anna de 1951, protagonizada por la bella Silvana Mangano (en México le
decían Mangazo) de ese ritmo brasileño quizá este número es el que más
popularidad tuvo en el mundo, de la inspiración de Franceso Giordano y Roman
Vatro. La versión que se escucha en la cinta y grabada en 78 rpm para la marca
MGM tiene en el crédito a Mangano aunque la voz que se escucha es de la
cantante Flo Sandon’s.
Obsesión, composición de Pedro Flores que
alcanzaría éxito mayúsculo desde la década de los cuarentas. Una de sus
grabaciones más exclusivas fue la que realizaron a dúo Pedro Vargas y Benny
Moré con el acompañamiento de la Banda
Gigante en 1954 para el sello RCA Victor. José Emilio Pacheco citaría este bolero en su
magnífico libro “Las Batallas en el Desierto”.
Sinceridad, bolero compuesto por Rafael Gastón
Pérez, en 1954 Lucho Gatica y el acompañamiento
de Los Peregrinos quizá realizaron su mejor versión, se publicó en México bajo
el sello Musart.
Quiero tu amor, composición de Charles Trenet de 1942, desde entonces, ha acumulado muchas versiones
en todo el orbe. Nuestra versión instrumental favorita es la que André
Kostelanetz llevó al disco en 1963 para el sello CBS.
La Bikina, composición de Rubén Fuentes en 1969, pieza fundamental en el
repertorio de lo entrañable, su popularidad fue tal que en Francia quisieron
adueñarse de los derechos, situación que obviamente perdieron legalmente. La magnífica
versión del Mariachi Vargas de Tecalitlán (al cual Rubén Fuentes transformó en
los 50’s con arreglos más estilizados) para el sello RCA Victor enriquece toda
discoteca.
excelente el programa de hoy 5 de diciembre 2014 radio mundo y radio 620
ResponderEliminarGRACIAS POR LOS RECUERDOS 😊👏👏👏
ResponderEliminar