Fantasías animadas de ayer, hoy y siempre
A lo largo de nuestra vida
adulta, recurrimos frecuentemente a los recuerdos de nuestra infancia. Esos
años felices que aún al pasar del tiempo no dejamos de contemplar maravillados.
Muchas cosas vienen del pasado a nuestro presente para recordarnos que los
detalles más sencillos son los más valiosos. Uno de ellos, era lo placentero de
ver en familia viejos dibujos animados, la mayoría de las veces por televisión
o en la majestuosa pantalla de una sala de aquellos antiguos palacios del cine
que existían en la ciudad, en algún álbum de estampas, en las divertidas portadas
e interiores de los discos o en figuritas coleccionables de plástico de algunos
personajes famosos. En fin, nuestro mundo infantil iluminado por una inmensa cascada
de colores.
El primer largometraje a color
de dibujos animados realizado en México fue Los
3 reyes magos (1974) estrenada el 1 de julio de 1976 en el cine París. Resulta
que esta película no solo fue la primera para nuestro país sino en toda
Latinoamérica. Es una cinta que usted amable lector, no debe perderse y a pesar
de la notoria diferencia de producción con respecto a las películas
estadounidenses, le aseguramos que no quedará decepcionado (por cierto, con motivo
de la campaña publicitaria de esta cinta, también se editó un álbum de
estampas). Además, como un gesto de respeto y agradecimiento para el cuadro de
actores del doblaje, al final de la cinta se presentaron uno a uno: Guillermo
Portillo Acosta, Víctor Alcocer, Alberto Gavira, Armando Coria, Gloria Rocha ,Olga
Donadío, entre muchos otros. Mencionamos el doblaje porque mucho de lo
entrañable de las historias contadas por los personajes de los dibujos animados
se debe al mejor doblaje del mundo: el mexicano.
Históricamente el primer
largometraje de dibujos animados en color bajo el proceso de Technicolor fue Blanca Nieves y los siete enanos
realizada en 1937 por Walt Disney. Recordarán que los grupos ultra
conservadores de nuestro país, en algún momento de la década de los años 40’s del
cambalachero siglo XX, decidieron prohibir la exhibición de esta cinta por
considerarla inmoral, locura que alcanzaría también a una que otra canción de Cri-Crí El grillito cantor.
México se convirtió desde 1950 en
la sede del doblaje en español para los estudios Disney con la cinta La cenicienta utilizando para este fin
los estudios Churubusco. Desde 1943
la dirección del doblaje al español ya lo hacía el mexicano Edmundo Santos, pero en los Estados Unidos. En la década de
los años 60’s realizó el re-doblaje de algunas cintas consideradas clásicos de
la filmografía Disney, salvó Pinocho (1940) que quedó inconcluso y hasta la
fecha sigue conservando su doblaje por actores argentinos.
En esa misma década se produjo
una de las series de televisión que hasta le fecha recordamos con gran cariño.
Para quienes vivimos nuestra infancia en aquellos años, nos resulta imposible
olvidar al coro de voces y a su presentador José Manuel Rosano… ¿Se acuerdan de
esto?: El mundo es una cascada de
colores, de colores… Mágico mundo de colores… Desde Disneylandia Walt Disney
presenta…“El mágico mundo del color”. Esta entrañable serie se transmitía
los miércoles a las 8 de la noche por Canal 5 y se repitió durante las dos
décadas siguientes (en algún tiempo tuvo como patrocinador a la fábrica de
chocolates que dio fama al chocolate en México… La Azteca). Al día siguiente, reunidos en la escuela, antes de que
iniciaran las clases o bien a la hora del recreo, invariablemente escuchábamos
repetir entre los compañeros de clase la misma pregunta: ¿Viste
Disneylandia?... A veces, nos recreábamos con alguna caricatura o la
presentación especial de algún corto de las películas de dibujos animados, pero
la mayoría de las veces se presentaba una aventura de la vida real o de la vida
silvestre… Dos programas estuvieron dedicados a recrear la vida del genial
músico y compositor alemán Ludwig van Beethoven y uno más a presentar La leyenda del niño y del águila, que
recordamos con especial agrado.
La barra infantil de los
canales de televisión de aquellos años, ofrecía un mosaico sensacional,
auténticas fantasías animadas de ayer y hoy. En el Canal 5, evocamos las
barras de Rogelio Moreno y del entrañable Tío Gamboín, quienes presentaban
caricaturas de la Metro Goldwyn Mayer (Tom
y Jerry, El oso Barney); de la
Warner Bros. (Bugs Bunny, Pato Lucas, Porky, Speedy Gonzalez, Silvestre y Piolín); de los estudios de Walter Lantz, El Show del Pájaro Loco en el que podíamos ver actuar al popular Loquillo (Woody) acompañado de Andy
Panda, Gallinazo y de Chilly Willy.
Pero las caricaturas de esa
genial fábrica de sueños que fue Hanna-Barbera, recrearon los sueños de los
niños de aquellos años: El Oso Yogi, Boo-Boo; Huckeberry Hound; Tiro Loco
McGraw y Pepe Trueno; Pixie, Dixie y Mr. Jinks; Super Fisgón y
Despistado; Maguila Gorilla, Ricochet
Rabbit y Droop a Long; Hokey y Danielito; Los Picapiedra;
Los Supersónicos; Pepe Pótamo y So-So; La Tortuga Dartagñan y
Dum Dum; Lagarto Juancho; La Hormiga
Atómica; El Inspector Ardilla y Moroco Topo y por supuesto, el
programón: Don Gato y su pandilla,
entre muchos más. Los personajes de estas series se editaron en pequeñas
figuras de plástico que –en su primera edición integrada por 90 figuras-,
aparecieron en los Tuinky Wonder. En 1972 se publicó además un álbum de 365
estampas de estas recordadas caricaturas, todo un tesoro de colección.
Un lugar especial tendrán en
nuestro recuerdo don Jorge Gutiérrez Zamora y
Ciriaca, La Calaca tilica y flaca,
quienes presentaban la barra infantil del entonces canal independiente que fue
el Canal 8.
El carrusel infantil que era la
televisión para quienes fuimos niños en la década de 1970, giraba lleno de
colores, personajes y canciones que evocamos con nostalgia… Aprendimos con
Alberto Lozano que El mundo es una bola
de agua y tierra o una Gran canica
azul, como decía Julio Lucena en el
Canal 13, entonces del gobierno federal.
El éxito de los dibujos
animados no estuvo alejado de la industria discográfica, conservamos en nuestra
fonoteca personal diversos discos con grabaciones históricas de lo que les
hemos platicado. Fueron realizadas y distribuidas por distintos sellos como:
Disneylandia, RCA Victor, CBS, Capitol, Odeón, Decca, WB, Colpix o Astor.
Qué de cosas tiene que inventarse
el alma para que hoy, después de tantos años, podamos volver a disfrutar de
aquella programación infantil que llenó nuestros sueños de niños… Y como en
aquel tiempo, sólo nos queda imaginar que las disfrutamos acompañados de una malteada Bonafina y de una suculenta
hamburguesa Superchamacón,
acariciando la ilusión de viajar con El
Pecas y Chabelo a Disneylandia…
Les presentamos algunos audios
que seguramente disfrutarán nuevamente tal y como lo hicieron hace muchos años.
Lamentamos el fallecimiento ocurrido hace algunos días de don Julio Salazar amén
de ser fundador de El Cuarteto Armónico estuvo a cargo poco más de tres décadas
de la dirección musical de las versiones en español de los Estudios Disney.
Descanse en paz.
El Mágico Mundo del Color, inolvidable
serie de televisión de los años 60’s.
Sonreír y cantar, de la cinta
Blanca Nieves y los siete enanos, la voz es de la soprano Lupita Pérez Arias.
Hijo mío, tal vez es la
única versión que apareció en los discos Disneylandia distinta a la de la película. Disfruten de esta rareza. De la cinta Dumbo.
Soñar es desear, de la película Cenicienta, la voz de Evangelina Elizondo.
El príncipe azul, de la
película hasta ese momento más costosa de Disney…La Bella Durmiente. Las voces
de Lupita Pérez Arias, Alejandro Algara y el Coro de Bellas Artes.
Busca lo más vital, un
gratísimo ejemplo del por qué el doblaje mexicano es tan recordado. El propio
Sr. Disney (como lo presentaban en los audio-discos) estaba más que complacido
con el trabajo mexicano, por encima que el de su idioma original.
Fantasías animadas de ayer, hoy
y siempre, la risa…remedio infalible.
El pájaro loco, sencillamente
formidable.
Los Picapiedra, la serie de
dibujos animados de Hanna-Barbera más exitosa en su historia.
Don Gato y su pandilla, esta serie en nuestro país y en toda habla
hispana tuvo un éxito sin precedente mientras que en su idioma original fue
considerada un fracaso.
REciban un caluroso saludo y gracias por el recuerdo desde Chicago IL
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