En esta ocasión tan especial les presentamos la colaboración de nuestro buen amigo Enrique Torres al que conocimos hace 15 años durante los recorridos sabatinos por las tiendas de discos antiguos.
Icono
indiscutible de Los Grandes Años del Rock en México e Iberoamérica, Enrique Guzmán permanece hoy en día en
el corazón de todos sus admiradores (¡qué somos muchísimos!, por cierto) y que
hemos sido testigos de su trayectoria artística, no sólo como cantante, sino en
diferentes facetas y a través de distintas épocas.
Los
fieles seguidores de Enrique, que lo hemos apoyado en las mejores etapas de su
carrera y en las no tan buenas, nos unimos hoy con verdadero entusiasmo para
celebrar este primero de febrero, lo que
seguramente significa algo muy especial para él: su cumpleaños número 70.
Y
con este acontecimiento encontramos un pretexto para la evocación… Finalizaba
la década de los 50’s del cambalachero siglo XX y México continuaba su proceso
de transformación. Así, el campo empezaba a ser recuerdo porque ahora, las
ciudades y sus rascacielos pintaban el nuevo paisaje nacional.
Precisamente
en aquella época, Enrique encontró su destino musical en lugares que son ahora
parte de su historia, como el conocido Deportivo
Chapultepec, auténtico observador de sus vivencias juveniles y de su
relación amistosa con aquellos muchachos que llegarían a ser parte fundamental
de su leyenda: Los Teen Tops.
Con
este conjunto musical, que nació como tantos otros de su tiempo, producto de la
inquietud y el éxtasis que provocó el rock and roll en los jóvenes mexicanos,
Enrique demostró su vitalidad y talento, tocando y cantando con una
expresividad y originalidad poco comunes. Los sensacionales Teen Tops pusieron a bailar a todo el
mundo de habla hispana y alcanzaron la calidad de ídolos en México,
Argentina y en España, gracias a sus
excelentes adaptaciones al español de éxitos como El rock de la cárcel, Confidente
de secundaria y La Plaga, cuyas
versiones originales eran de artistas de la talla de Elvis Presley, Little Richard, Chuck Berry y Jerry Lee
Lewis, entre otros. Todo esto combinado con algunas canciones originales del
grupo, como es caso de Pensaba en ti,
de la inspiración de Enrique Guzmán.
No
obstante el éxito y proyección internacional alcanzada por Los Teen Tops, las cualidades vocales, presencia y personalidad del
joven vocalista, fueron la base que aprovecharon los productores para lanzarlo
en su siguiente aventura como baladista, faceta que lo consolidó
definitivamente en el gusto del público nacional e internacional… Mi corazón canta (su primera grabación
como solista), Pon tu cabeza en mi
hombro, 100 kilos de barro, Payasito o Tu voz, son sólo un ejemplo de sus grandes interpretaciones, que
además fueron grabadas en idiomas tan distintos como el inglés, italiano y
japonés.
Los
distintos medios y escenarios dieron constancia de su talento. En teatro
participó en la obra “Amor al Revés es
Roma”, compartiendo estelares con
Leda Moreno; en la pantalla grande apareció en variadas cintas que abarcaban
títulos desde Twist locura de juventud,
Mi vida es una canción, Mi alma por un amor, La juventud se impone, Nacidos para cantar (rodada en
Argentina) y Acompáñame (filmada en
España). En esta experiencia como actor de cine, compartió créditos con actores
y cantantes contemporáneos entre los que destacan Rosita Arenas, Libertad
Lamarque, César Costa, Rocío Dúrcal, Violeta Rivas y Angélica
María, su novia de juventud.
A
mediados de los 60’s, los aires de cambio comenzaban a soplar. El rock and roll
y el twist cedieron sus lugares a una nueva oleada de estilos musicales
derivados del mismo rock que dieron vida al Jerck, el A go-gó y los ritmos
psicodélicos. El polifacético Guzmán supo adaptarse a estos movimientos, a
pesar de que entusiastas agrupaciones, algunas llegadas del norte del país,
como Los Hitters, Los Apson Boys o Los Rockin Devils venían empujando muy fuerte, con un sonido más
fresco.
Hacia
la parte final de esta década, Enrique quizá no logró el éxito que tuvo en sus
primeros discos, pero su manera de interpretar iba madurando cada vez más (para
muchos esta es su mejor etapa como intérprete). En ese tiempo nos deleitaba con
La sombra de tu sonrisa y Ángel de mi vida o con canciones con
mayor substancia y que requerían de una mayor fuerza interpretativa: La razón de vivir, Vuelve a mí, No me
desprecies y Promesas, promesas.
Estábamos
ante un nuevo perfil del baladista, con una ligera variante en su voz y con una
actitud que era reflejo de su reciente condición de hombre casado, nada menos
que con la actriz Silvia Pinal, con
quien procrearía a la actualmente exitosa Alejandra
Guzmán. Por cierto, trabajaron juntos en el exitoso programa de televisión Silvia y Enrique en el que Guzmán,
además de crear algunos personajes cómicos (Bartolo Taras, Baby Face
y Lucho Lacho, entre otros)
interpretó las canciones que lo consagraron y que en su voz, a pesar del
tiempo, forman parte del cancionero popular e integran sin duda, el repertorio
de lo entrañable.
Horizontes
con tonalidades no imaginadas aparecían en la década de los setentas y el
cantante nos sorprende primero con el cambio de su sello discográfico, seguido
con que ahora lucía una voz más grave y que cantaba con acompañamiento de
mariachi. Más adelante, a mediados de la década, se anotaba un triunfo como
productor y actor estelar con la obra teatral “Sugar” en la que explotaba al máximo su natural vis cómica.
En
aquellos años 70’s, participó en programas de televisión como Los grandes años del rock and roll, Bartolo, Espectacular Presidente y Fiebre
de sábado en la noche, además de continuar sus estelares presentaciones en
seriales como Siempre en Domingo y Para gente grande.
Indudablemente,
en esta época Enrique Guzmán se
consagró como El mejor Showman de México,
actividad con la que se ha mantenido vigente y activo hasta la fecha.
Siendo
bastante inquieto en su vida privada, sabemos que habitualmente ha disfrutado
de algunos hobbies, entre ellos ser
radioaficionado, analizar equipos electrónicos y computadoras; así mismo, es
asiduo a volar avioncitos a control remoto y a cuestiones más audaces, como
volar en papalotes o esquiar en la nieve (pasatiempos estos últimos que le han
provocado una que otra lesión).
En
1982, Enrique Guzmán obtuvo el
primer lugar en el Festival OTI en su faceta nacional con la canción Con y por amor de la dupla de
compositores mexicanos Mario Molina Montes y Chamín Correa. En ese mismo año
grabó el último Lp de estudio para la marca Orfeón.
Durante
la última década del siglo XX, Enrique se dio el gusto de abrir su propio
centro de espectáculos: La Plaga,
lugar de encuentro por excelencia de los rockanroleros de hueso clorado. En
esta etapa, participó con gran éxito en diversos programas de televisión al
lado de Verónica Castro y para 1993,
al lado de César Costa, Alberto Vázquez, Angélica María y Manolo
Muñoz en el espectáculo Los 5
grandes del rock and roll.
Celebró
con tres conciertos de gala en el Auditorio Nacional sus 35, 50 y 55 años de
trayectoria artística (esperamos que siga celebrando muchos más). Por cierto,
creemos que nos debe un disco y un concierto cantando a dueto con sus amigos.
Ha
sido acreedor de innumerables premios y reconocimientos a lo largo de su
carrera. Indudablemente, Enrique nació con buena estrella. En general es un
tipo alegre y carismático, aunque a veces se pasa de la raya. Polémico y
controvertido, Guzmán ha tenido que salir de uno que otro conflicto que lo ha
puesto en la mira de sus detractores.
Pero
(independientemente de los miles de sentimientos encontrados que una figura
como él pudiera despertar), al final nos quedamos con lo más positivo: su
calidad de artista y cantante que es lo suyo y en lo que siempre ha tratado de
darnos lo mejor de sí mismo… Representa a un tiempo y a una generación que
llegó para quedarse…
A
pesar del tiempo y de la distancia, cada vez que lo escuchamos, Enrique Guzmán consigue emocionarnos
con cada una de sus emotivas interpretaciones.
Enhorabuena
Enrique Guzmán, feliz cumpleaños y
gracias por tantos años de gratos momentos y entrañables recuerdos.
Enrique Torres
Desde el arranque de su carrera como solista y hasta
comienzos de 1970 fue cantante exclusivo de CBS-Columbia para la cual grabó 12 LP’s (141 grabaciones)
además de una considerable cantidad de canciones que solamente aparecieron en 45 r.p.m. (36
grabaciones aproximadamente). En una breve separación contractual con CBS entre
1967 y 1968 realiza 23 grabaciones para el sello discográfico Cisne- Acuario.
Otros sellos discográficos que lo tuvieron en su elenco fueron Peerless, Raff,
Chapultepec y Orfeón.
Deseamos que disfruten de la siguiente selección
musical. Hemos aprovechado para actualizar nuestro canal en youtube.
No debo decirlo, incluida en su primer disco de larga duración publicado a finales de 1960 y para muchos su mejor disco. Esta canción fue interpretada en la película “Lizzie” por Johnny Mathis en 1957.
Hermosa, canción a dúo con Leda Moreno, formó parte de la obra de teatro Amor al Revés es Roma en 1963.
El mar no canta, la balada italiana estuvo presente en buena parte de la discografía de Enrique, una muestra de 1964 incluida en su álbum El Romántico.
Más cerca, excelente versión a un tema de corte cinematográfico que se incluyó en su LP de 1965 Éxitos internacionales.
Nuestro mundo, de su álbum de 1966 Sentimental y Alegre destaca esta balada norteamericana.
Baby I’m Sorry, en su búsqueda por conquistar el mercado estadounidense graba dos discos sencillos para CBS-Columbia americana en la primavera de 1966.
Tan cerca, de su propia inspiración les presentamos la versión que registró para CBS-Columbia americana en 1966. Muy diferente a la que realizó en México.
Acércate, también de su inspiración este número incluido en su álbum de 1967.
Sé que sólo a ti, composición de Armando Manzanero esta grabación de su época en discos Acuario a finales de 1967.
Cuando tú regreses, de la inspiración de Fernando Z. Maldonado esta canción que sólo apareció en un disco de 45 r.p.m en 1969 y posteriormente en una recopilación del sello Harmony.
Tiempo de amor, del sencillo Silvia y Enrique de 1969 este número forma parte de sus últimas grabaciones para CBS.
Vida de amor, la mejor pieza de su disco de larga duración en la marca Peerless publicado en 1971, tuvo una sola re-edición en 1974.
Juntas las dos, de la obra de teatro Sugar esta grabación junto a Silvia Pasquel en 1975 para el sello Raff. En una de sus participaciones en televisión la representó junto a Verónica Castro.
Con y por amor, su último gran éxito en 1982 fue esta composición de Mario Molina Montes y Chamín Correa, una grabación del sello Orfeón.
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