La B es una linda viejecita que el pasado mes celebró 91 años de andar por los caminos del espacio.
Es, definitivamente, la estación vigente más longeva de nuestra señorial
Ciudad de México (inició sus operaciones el 14 de septiembre de 1923).
Algunas voces del Instituto Mexicano
de la Radio (IMER) aseguran que es la
emisora más antigua de México y Latinoamérica. De ser así, su relevancia
histórica dentro y fuera de nuestro país sería mucho más trascendental.
La
Estación del Buen Tono, S.A.
La cigarrera El Buen Tono, S.A. se
fundó a finales del siglo XIX y fue de las pocas empresas que continuaron su
bonanza después del porfiriato. Su dueño -de origen francés-, el respetable
Ernesto Pugibet conocía muy bien su negocio; su estancia en Cuba le permitió
absorber todos los secretos de la producción y comercialización de tabacos que
hacían de esta industria una de las más productivas en la bella isla; invertía
en tecnología de punta y sus productos
se distribuían en diferentes sectores de la población de acuerdo a su capacidad
compra. La relación con sus empleados era estrecha y de buen trato. A pesar de
la muerte de su fundador (acaecida en 1915), El Buen Tono, S.A. logró
mantenerse estable y financieramente sólida durante las siguientes décadas
hasta que, en 1961, se fusionó por una empresa de mayores dimensiones.
La estrategia de publicidad de El
Buen Tono S.A., fue audaz y permanente. Contaba con un departamento de imprenta
que implementó una estrategia mercadotécnica que le permitió consolidarse en el
gusto popular a través de historietas con muy buena aceptación. Para 1923, la
empresa dio un paso gigantesco al utilizar la incipiente radio como medio de
venta para sus productos, convirtiéndola
muy probablemente en la primera emisora con vocación comercial en nuestro país
y no sólo eso, también en gran promotora de este nuevo medio de comunicación,
pues gracias a ella, se regalaron un gran número de radio receptores a cambio
de cajetillas de sus cigarros Elegantes
número 12.
De
la CYB a la XEB “La B grande de México”
La radio en los alegres veintes del
siglo pasado vivió en México su época experimental. La CYB
nacida en las festividades patrias de 1923 transmitía martes, jueves y sábados
durante una hora o poco más por las noches. La programación musical que
permeaba era sobre música clásica o semi-clásica (el repertorio de lo
popular tenía poca cabida en aquellos
primeros años). Para 1929, cuando México recibe la designación internacional de
las siglas XE para sus emisoras de radio, surge la XEB con 1000 watts de
potencia en los 665 kilociclos y como identificación el sonido del cu-cu. Por
cierto, en aquella primavera de la radio comercial en México, tan sólo había 19
emisoras autorizadas y se estima que eran apenas 26,000 radio receptores los
que había en todo el país.
Con la llegada de 1930, inició el
período de la profesionalización de la radio comercial y con él, su época de
oro, la cual abarcó de 1935 a 1945.
Para 1933, la XEB se convierte en la estación más potente del cuadrante al contar
con 10,000 watts de potencia desde los 1030 kilociclos. Para mediados de esa
década, la “W” responde aumentando varias veces su potencia dejando muy atrás a
sus competidores pues llegó a transmitir con 250,000 watts (la potencia más
alta autorizada por el gobierno).
Los dueños de ambas emisoras sabían
que necesitaban dinero para hacer más
dinero, por lo que la Estación del Buen Tono invirtió fuertes
cantidades para ampliar sus instalaciones y estudios (recordemos que estuvieron
en la calle de El Buen Tono N° 6 y en Av. Madero N° 20). La limitada potencia
de la XEB frente a la llamada Catedral de la radio en México, la mantenía
en el segundo puesto. Por ello, sus directivos se dieron a la tarea de contratar
un elenco formidable, el cual, es justo apuntar, se mantuvo fiel a la emisora
por varios años: en los radioteatros tenía a la cabeza a Pura Córdova y Abraham
Galán con su cuadro actoral “Eugenia Torres”; como orquestas destacaban Ernesto
“El Pelón” Riestra, la orquesta “doble” de Roy Carter y la orquesta de Rafael
de Paz; entre sus cancioneros más representativos se recuerdan con agrado las
voces de Margarita Romero, Wello Rivas, Miguelito Valdés, Maruca Pérez, Carlitos
de Nava, Néstor Mesta Chaires, Jaime Nolla Reyes, Los Hermanos Martínez Gil,
Josefina “La Chacha” Aguilar, Alfonso Ortiz Tirado, Vicente Bergmann, David
Lama, Ray y Laurita y Pedro Infante; Rafael Hernández “El Jibarito”, Jorge del
Moral y Miguel Prado estrenaron sus más grandes éxitos en la frecuencia radiada
de la XEB; en sus programas cómicos,
Joaquín Pardavé, Arturo Manrique “El Panzón Panseco”, Cantinflas, Angel Garaza
y Daniel “El Chino” Herrera, hacían las delicias del respetable. En cuanto a locutores,
podemos mencionar que contó en su elenco estelar con Enrique W. Curtis, Jorge Marrón (El Dr.
IQ), Edmundo García, Joaquín Gamboa, Humberto G. Tamayo, Adrián Fournier y
entre los cronistas deportivos destacaron las voces de Julio Sotelo Agustín González “Escopeta” y Óscar “El Rápido”
Esquivel. Por cierto, el éxito de la estación y su consolidación en el gusto
popular en aquella primera etapa, se debió en gran medida a la atinada
dirección artística que en aquellos años estuvo a cargo de Alfonso Esparza
Oteo, José J. Reynoso y Julián Morán, entre otros.
Tanto la XEB como Radio Mil (que apareció en escena en 1942), con una
cartera muy gorda de billetes trataron de mantener una programación competitiva
frente a las estaciones importantes de la familia Azcárraga, que además ya
tenían la delantera en lo relativo a cadenas radiofónicas. Se estima que en 1945
había un millón quinientos mil radio receptores en el país y que la
programación era 80% musical y el resto se distribuía en noticieros,
radionovelas y deportes principalmente, pero
la pelea ya no estaba por el primer lugar, cuya preferencia estaba casi diez veces por encima de la “B”,
sino por el segundo lugar que ya era ocupado por XEQ a mediados de los cuarentas. Esta década
fue muy difícil para la XEB. Aunque había anunciado transmitir con 100,000
watts de potencia, debido en gran parte a la Segunda Guerra Mundial, escasearon
los suministros técnicos. A pesar de esta circunstancia, logró mantener su
señal pero con mucho menor potencia. Sin embargo, los tiempos más crudos no se
hicieron esperar: corrió el rumor de que sería adquirida por una empresa
americana. No fue así, pero el elenco estelar que antes les mencionamos, pasó a
integrarse más temprano que tarde a las filas de sus principales competidores. Y
por increíble que parezca, la propia XEB
sería absorbida por el emporio Azcárraga durante los años cincuenta.
Entre los programas memorables en la
B Grande de México se pueden citar
el primer programa patrocinado por la Sal de Uvas Picot en la radio
mexicana, que llevó por nombre
"Canciones Picot" y posteriormente fue conocido como todos lo
recuerdan "El cancionero Picot"; también, se destaca "La Hora de
los Aficionados", que sin lugar a dudas fue uno de los conceptos radiofónicos
más exitosos de la radio (tenían
concursos semestrales y la final la transmitía desde El Palacio Chino). Otro de los inolvidables
programas de esta emisora fue "Té
para dos", con la participación estelar de la orquesta de Ernesto "el Pelón" Riestra, el cual
podía escucharse en punto de las 17:00 (esta emisión por cierto, rompió el
número de telefonemas recibidos en la
“B”). Con la conducción de Joaquín
Pardavé, sus "Pardaverías" se
convirtieron en un deleite para los radioescuchas: en "México ríe",
patrocinado por la Lotería Nacional, Margarita Romero, Laurita Rey, Miguel
Valdés, Ángel Garaza, la orquesta de Rafael de Paz y Pedro Infante, se
encargaron de llenar de alegrías las noches de los radioescuchas. Otros
de sus programas estelares eran "Claro de luna" dedicados a la
poesía, "Alma de México" y "El Club de la Alegría", sin
olvidar todos sus programas deportivos (la B tuvo en exclusiva las
transmisiones del fútbol por varios años). Y en épocas más recientes, “Tardes
románticas XEB” bajo la conducción de Jorge Kellog. Por cierto, el programa más
longevo y desde luego emblemático en esta frecuencia es Serenata XEB vigente
desde la década de los sesentas.
Al igual que el grueso de las
estaciones comerciales, en la década de 1960, la XEB orientó su programación
en la difusión de música comercial grabada (boleros, tropicales,
rancheras y baladas) y en la transmisión de eventos deportivos.
En 1983 el gobierno federal creó el
Instituto Mexicano de la Radio y desde entonces, La B grande de México funciona
como la estación piloto de este importante complejo radiofónico.
No obstante los múltiples cambios
que ha experimentado la XEB bajo la administración del gobierno federal y del
IMER, gracias a la atinada dirección artística de los reconocidos
investigadores musicales Jesús Flores y Escalante (Q.E.P.D.) y Pablo Dueñas, en
su etapa actual, el acervo cultural y artístico de la época dorada de la radio
en México tiene garantizado un espacio para el deleite de su vastísimo
auditorio.
Y gracias a este generoso esfuerzo
por regresarle a la radio su responsabilidad social y cultural, hoy más que
nunca debemos reconocer que la “B”
es como siempre “La B grande de México”.
Les presentamos diversos audios con
los que trataremos de ilustrar los primeros años de tan entrañable emisora.
Cortesana, composición del músico poeta Agustín Lara en
1931, el Dr. Alfonso Ortiz Tirado supo
aprovechar la XEBT (onda corta de la estación del Buen Tono) para llegar a
otras latitudes, lo que le valió el distintivo de “Embajador lírico de la
canción mexicana”, una de sus interpretaciones más gustadas en Argentina fue justamente
ésta.
Siboney, composición de Ernesto
Lecuona en 1927, cabe mencionar que el maestro Lecuona cuando se presentó en la
radio mexicana en 1933 lo hizo por XEB, de ese periodo esta grabación realizada
por el trío Alma mexicana, al piano el
propio autor.
Cuando tú me
quieras, de la inspiración de Juan S. Garrido, este fox trot grabado en 1935 por
Vicente Bergmann acompañado por la orquesta de Roy Carter, tema de la película “La
familia Dressel”.
Flores, pregón de
la inspiración de Rafael Hernández, disfrutemos de la voz de Margarita Romero en
esta grabación de 1937, un bello
recuerdo de El Buen Tono ¿no lo creen?
Cuando vuelva a tu lado, composición de la inolvidable María Grever,
en voz de uno de los cantantes que mejor interpretó su obra, nos referimos a
Néstor Mesta Chaires “El gitano de México”, muy popular durante gran parte de
los años 30 ‘s y 40’s.
Mañana, el popular vals de la
compositora Victoria Eugenia en voz del todavía muy joven Pedro
Infante realizada en 1943, habían quedado en el olvido los días en que hizo su
audición en la B y solo atinó silbar la melodía.
Mocosita, de los tangos inmortales
creados por Contursi, en la B tanto la
menudita Maruca Pérez y Carlos de Nava eran sus exponentes para el tango desde principios de los años 30’s y
durante la siguiente década.
La última noche, composición de Bobby
Collazo, esta grabación de 1947 nos recuerda las populares actuaciones del trío Janitzio en esta emisora.
Té
para dos, la gratísima composición de Youmans sirvió como
rúbrica para el programa del mismo nombre con el que Ernesto “el Pelón” Riestra debutó en la B en 1932. Esta grabación fue realizada
a mediados de los años cincuenta.
Corazón
urbano,
uno de los programas que más nos gustaba en la programación de XEB, era conducido por Jesús Flores y Escalante
(QEPD) y Pablo Dueñas, justamente el último programa sirvió de homenaje a don Jesús
quien falleció el 26 de octubre de 2012.
Hemos realizado el siguiente video
para nuestro canal de youtube, esperamos disfruten de este recuerdo sonoro.