Este espacio, después de
haber visto pasar otros 365 días de su todavía, por fortuna, joven existencia, nos
motiva para reavivar planes y concluir proyectos, procurando no incurrir en los
errores cometidos en experiencias anteriores.
Les agradecemos por tomarse
algunos minutos en consultar lo que aquí se publica, escribir sus
comentarios y enviarnos mensajes por correo electrónico. A todos los que han colaborado con nosotros
en distintas formas, reciban siempre nuestra gratitud.
Hace pocos días, cuando
departíamos en la mesa con unas amistades, caímos en cuenta, que si hay una
canción que no puede faltar cuando un trío o un mariachi se acercan sonrientes
a la mesa de uno con su amable frase ¿cuál
les cantamos? seguido de unas breves miradas de los aludidos, frecuentemente de una voz femenina brota: Se saben… ¿Cien años?
¿Qué encierra esta canción
del binomio conformado por Alberto Cervantes y Rubén Fuentes compuesta hace más
de 60 años? Una mezcla de todo,
sentimientos contradictorios por los amores no correspondidos y que la
angustia lleva a prometer pasiones casi eternas; la intemporalidad por
el hecho de que Pedro Infante -el ídolo popular más grande que ha tenido
nuestro país- la grabara en disco el día sábado 3 de octubre de 1953 y
además incluirla en su película Cuidado con el amor que hasta el día de
hoy puede seguir viéndose por televisión abierta.
Las canciones encierran
historias curiosas, afortunadas o bien accidentadas al momento de ser
publicadas y de cuando llegan a ser grabadas para el consumo del público
masivo. A veces nos sorprende el saber de alguna composición escrita hace más
de un siglo y que al paso de varias décadas otro la firma consiguiendo
reconocimiento.
Es una conversación muy
recurrente con algunos amigos las anécdotas sobre canciones que por argumentos
con o sin fundamentos irrebatibles son
señaladas como plagios. En esas
situaciones escandalosas se han visto involucrados figuras como Agustín Lara,
Luis Arcaraz, Cuco Sánchez, los Hermanos
Martínez Gil y Quirino Mendoza, entre muchos otros.
En alguna época, el bolero
Cien años generó escozor en sus detractores al comparar el comienzo de su letra con la
del tango Tus besos fueron míos compuesto
en 1926 con letra de Francisco García
Jiménez y música de Anselmo Arieta que dice así:
”Hoy pasas a mi
lado con fría indiferencia;
tus ojos ni
siquiera detienes sobre mí
y sin embargo vives
unida a mi existencia
y tuyas son las
horas mejores que viví.”
Mientras
que la composición de Cervantes y Fuentes comienza con:
“Pasaste a mi lado
con gran indiferencia,
tus ojos ni
siquiera voltearon hacia mí…”
En
otro verso se puede apreciar:
“Y sin embargo
sigues unida mi existencia,
y si vivo cien años
… cien años pienso en ti.”
Las coincidencias son obvias aunque el
sentido completo de la canción sea muy diferente en cada caso.
Seguramente, muchos de ustedes atesoran
historias sobre alguna canción que desean compartir… Así es la Música sin final…
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